Eric McGraw lo tiene todo, una carrera exitosa, dinero, y un legado de estrechas relaciones con el narcotrafico.
Jesse Rogers, es el detective a cargo del caso, recién salido de la academia vive con un solo objetivo en mente: limpiar el nombre...
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La charla con Jed había pasado de lo incómodo a una disculpa y terminó con un abrazo que prometía que las cosas entre ellos iban a terminar bien.
A la larga al menos siempre serian Eric Y Jed.
Jedric contra el mundo.
Lo que no aseguraba que las cosas siguieran el mismo rumbo con el resto de los amigos.
Willow seguía furiosa, al punto que le había enviado un mensaje diciéndo que no quería verlo más cerca de la señora Sanders, le había escrito que era un bastardo sin familia y que se olvidara de ella por lo que le restaba de vida, y como buena mujer ponzoñosa, había metido el dedo en la llaga diciéndole que moriría solo, que nadie lo querría y que se alegraba de que Jed no lo hubiera elegido.
Auch, eso era un golpe bajo y había dolido.
Con Edd las cosas no iban nada bien tampoco.
Estaba durmiendo en casa de Jed y Romeo.
Se lo había dicho Jed, comía helado y fingía que no le importaba que Amanda le hubiera metido los cuernos, pero según le contó su mejor amigo, esa noche Edd planeaba pedirle matrimonio.
Eric no pudo evitar sentirse mierda al enterarse eso. Que no lo sabía, él y su estúpida bocota, definitivamente no volvería a beber en su vida.
—... Se quedará cuidando a Eddy en nuestro departamento.—le dijo Jed.—Pero en realidad creo que no quiere ver a Amanda... Creo que no sabe cómo.
—Lo siento. —Dijo por vaya uno a saber cuánta ava vez.
—¿Te acostaste con Romeo?
Eric hizo una mueca de asco que tuvo a Jed riéndose. —Discúlpate con Edd, no conmigo. Estuvo mal. Digo, Amanda también. Pero Edd te quiere tanto como yo, eres como nuestro hermano, el trillizo perdido. —le dijo y auch sus palabras dolieron, muy en el fondo del oscuro corazón de Eric.
Que él no lo quería como un hermano.
—Lo haré. Hablaré con él, dejaré que me golpee si es necesario pero arreglaré las cosas, tu disfruta tu luna de miel. ¿sí?
Jed lo miró, le sonrió de lado y volvió a abrazarle.
—Siento que todo esto haya salido así.—Le dijo sin soltarlo.
Oh vaya. Eric también lo sentía. Se abrazó mas fuerte a su mejor amigo y volvió a pedirle disculpas.
De pronto aquello se sentía como un adiós y su pecho se estrujó.
—De verdad quiero que seas feliz. —Admitió Eric.
Diablos, no quería soltarlo, sentía que cuando lo hicieras nada sería igual.
