Eric McGraw lo tiene todo, una carrera exitosa, dinero, y un legado de estrechas relaciones con el narcotrafico.
Jesse Rogers, es el detective a cargo del caso, recién salido de la academia vive con un solo objetivo en mente: limpiar el nombre...
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—¿En qué piensas?—Jesse parpadeó al sentir una caricia en su rostro. Eric siempre tenía la costumbre de hacer eso para llamar su atención. Tomó la mano del pelilargo y la apretó contra su mejilla en un gesto de reconocimiento.
— En el suicidio—Eric abrió ligeramente sus ojos antes de adquirir una postura evaluadora.
—¿quieres suicidarte Jess?—Preguntó con cuidado el pelilargo.
—¿Qué? —Los ojos de Jesse se abrieron como platos.—¡no! En cualquier caso ¿crees que te lo diría así sin mas?
—Te sorprendería saber que los suicidas están ansioso por hablar de ello. No debes escandalizarte si alguien lo menciona. Solo escucharlo puede hacer una gran diferencia. A veces cuando ponen la idea en voz alta, pierde fuerza, unas palabras de consuelo puede salvar una vida.
—¿Qué? ¿En serio?—Eric asintió.—De acuerdo, tu eres el experto, pero no es mi caso solo que...¿ por qué? ¿por que las personas querrían matarse?—Le preguntó Jesse como niño curioso cruzando sus piernas en el extra mullido sillón beige para ver mejor al pelilargo. Estaban en la sala de cine viendo un documental sobre el que Jesse había perdido el hilo hacia rato.
—Estadísticamente todos en algún momento de su vida han tenido pensamientos suicidas o autolesivos, mi estrella.—Eric le acarició con sus pulgares el rostro consiguiendo un pequeño ronroneo de parte del poli.— están esos que llevan años planeándolo y un día por impulso se levantan y lo hacen, aunque la mayoría de estos consagrados suicidas no quiere hacerlo realmente, lo que desean es matar la vida que llevan, están en la ambivalencia del ser, desesperados por que algo cambie, ningún suicida quiere morir Jess, solo no quieren vivir de la manera en la lo hacen. Todos quieren que alguien los rescate, que algo cambie para que su vida vuelva a tener sentido ¿me dirás por que estas pensando en el suicidio, mi ángel?
—mi compañero, recuerdas el agente que viste en las noticias, el que apareció colgado, confirmaron que se suicidó. Hoy por fin le entregaron el cuerpo a su familia después de que se hicieran todos los peritajes ya sabes. su esposa vino a invitarnos a su velorio, será mañana. No dejo de pensar en eso. Tener que Ir a despedirme de el lo hace más real. No puedo creer que mañana vaya a enterrarlo. Él se veía feliz ¿sabes? Iba a tener una hijita. Él no la conoció. Solo no lo entiendo, en serio se veía feliz, juro que creí que era una escena montada, pero luego el psiquiatra forense determinó que si fue suicidio. Fin del caso. Solo... ¿Por qué?
—No todos los que sonríen son felices, a menudo los que más sonríen son los que más tristes están, Jess.
Jesse lo pensó unos momentos y asintió.
—¿tu estás triste?—le preguntó de golpe.
La pregunta tomó por sorpresa al pelilargo que tuvo que pestañar para aclarase.—todos están tristes a veces.
