🖤12🖤

2.9K 262 37
                                    

CAPÍTULO 12

Eric estacionó frente a una gran mansión a casi dos horas de la ciudad, el tipo de seguridad lo saludó con un asentimiento antes de que bajara de su Rolls-Royce.

Un hermano siempre estaba obligado a recibir a otro sin importar la hora.

Tocó timbre.

Una joven señorita rusa apareció para abrirle. Una criada o una puta. Realmente no supondría una gran diferencia.

Eric usó la lengua de sus abuelos para hablarle, seguro de que la niña no conocería ni media palabra en inglés. Era normal que no lo hicieran. En la hermandad la mayor parte de la servidumbre era rusa. Evitaba los conflictos de intereses.

—¿Donde está?

La niña lo miró con sus amplios ojos, parecía asustada e insegura de dejarlo pasar. Eric la empujó a un lado harto de toda aquella mierda.

Brat.—la conocida voz de Nikolay le llegó desde lo alto de las escaleras. Iba con una bata gruesa y roja, de aspecto elegante.

No era tan descabellado considerando que se había presentado a las 3 de la madrugada y sin invitación a su residencia privada.

Para ser un hombre de la Bratva,  Nikolay siempre había sido reservado y bastante paranoico. Vivía con su culo oculto y seguro. Era un mequetrefe escurridizo que había heredado el negocio del tráfico de personas de su padre. A Eric no le agradaba, razón por la que prefería tratar con los Hale antes que con ese sujeto cuando necesitaba alguna carga.

BratEric lo saludó con un asentimiento antes de acercarse.

El escuálido hombre se tensó pero mantuvo su rostro alzado. Era increíble que ese hombre fuera ruso, con lo enclenque que se veía era una maldita vergüenza para la Bratva. Que Eric podía ser un jodido mestizo, pero no lucía como si un viento de verano pudiera mandarlo a volar.

—¿Dónde está?—Esta vez dirigió su pregunta a su "hermano".

—Pasando el rato con uno de mis juguetes. ¿Quieres algo de beber? —Eric asintió por mera cortesía y lo acompañó hasta su estudio. No era muy diferente a cualquier otro, había varias paredes de libros de ornamento, un escritorio oscuro con varios anaqueles detrás y un sillón de cuerina verde oliva en el centro. Se sentaron en él y esperaron a que la misma jovencita de la entrada les sirviera las bebidas.

—Lamento esto.—se señaló a sí mismo antes de cruzar sus piernas peludas envueltas en la bataTe estuve esperando. Sabía que vendrías por tu cachorro pero te tardaste menos de el que esperaba en encontrarloAdmitió Nicolay encendiendo un habano antes de ofrecerle otro.

Sí, no era como que Eric esperara que lo recibiera de gala. De hecho en parte agradecía que lo hubiera recibido tan mansamente.

—Siempre me entero de todo, Nikko—El hombre frente a él asintió.

—¿cómo está Lana? Una mujer... peculiar.

—Quiero verlo. —Lo cortó.

No le gustaba hablar de su esposa.

—Te he dicho que está...

—Koila—Eric lo interrumpió perdiendo la paciencia.

El hombre se tensó. Descruzo las piernas y se levantó para guiarlo con la mandíbula apretada.

—si se enfada por interrumpirlo. —la voz del tipo sonó más asustada que molesta.

Sí, definitivamente era un cobarde.

El legado de Caín (GAY +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora