CAPITULO 62
—Quiero matar a mi madre.—Eric alzó la vista hacia su paciente que había obtenido por completo su atención en ese momento.
—¿Hace cuánto?
—Okey no quiero hacerlo.—la muchacha frente a él movió sus hombros como si estuviera estirándose luego de haber hecho un esfuerzo muy duro. Sus ojos aguado le decían que el confesar aquello en voz alta probablemente hubiera sido un gran esfuerzo. Eric habia visto muchos casos de madres toxicas. Por lo que sabía de Piper, la muchacha una universitarias con una fuerte adicción a las anfetaminas, estaba frente a una madre abusiva que la manipulaba para que la chica cumpliera con todos sus caprichos. De hecho en sus anotaciones tenía constancia de que la mujer había rechazado al "amor de su vida" por quedarse a cuidar de su madre quien la hacia sentir culpable para que se quedara con ella. Piper habia desarrollado un claro complejo de Wendy invirtiendo los roles con la madre. De hecho para todos pipper era una excelente estudiantes de Leyes que ayudaba a todo el mundo y tenía notas perfectas, un aspecto perfecto y una vida aparentemente equilibrada. Pipper reacomodó su cabello detrás de su oreja y rehízo su cola de caballo en un gesto nervioso.—no matarla-matarla, no como agarrar un cuchillo y clavárselo o algo de eso pero quisiera que no existiera. Me frustra y es, dios ella es un monstruo, es una persona horrible y yo, yo soy una persona horrible... estos pensamientos... me torturan. ¡Es mi madre! Me gustaría que estuviera muerta, soy mala por pensar así de ella. No debería pensar así de ella. Yo no soy una mala persona yo solo estoy tan cansada.
Piper cerró la boca como si toda su energía se hubiera agotado en su discurso.
—Es frecuente tener pensamientos negativos hacia una persona que nos está afectando emocionalmente ¿lo hablaste con la psicóloga?
Pipper asintió.
—Dijo que si mamá podía acercarse. Mamá nunca se acercaría a un loquero, ella cree en el poder de su mente y que es tan perfecta.—Dijo con rabia contenida antes de desviar la vista a sus manos que jugueteaban nerviosamente—Probablemente se haya roto algo en mi para que la idas de su muerte no me cause ni el mínimo malestar.—Eric se mantuvo en silencio y la dejó hablar. Eric trabajaba con una psicóloga de familia que lo ayudaba a llevar sus pacientes y lo mantenía al tanto de los avances que tuviera con la psicoterapia pero claramente Pipper parecía querer hablar del asunto con él así que la dejó poniendo en su rostro la mascara inescrutable que le había valido miles de veces con sus pacientes y las cartas— De hecho cuando amenaza con suicidarse casi me dan ganas de decirle que lo haga. Dios, sé que sueno como una persona horrible. Pero estoy tan cansada de ella, no mentía cuando dije que mis problemas se solucionarían sin ella. Es una persona tan egoísta, yo lo sé, hace me sienta mal por no "pensar en ella" yo pienso en ella, en que no la soporto. Pero algo... algo me retiene a ella, ¿sabe doctor? llámese moral. Odio la moral, odio la culpa, no puedo dejar a mi madre, si solo no fuera mi madre yo seria feliz y me largaría a cualquier lado, pero no, de hecho tuve que planear una vida a su lado, yo no soy feliz con ella, Dr. Me siento triste todo el tiempo, tan culpable. Yo no quiero planear una vida con ella, es tan prepotente y caprichosa, dios, es todo lo que no me gusta de la sociedad puesto en una persona pero es mi madre y tengo que quererla, ¿como se supone que no la quiera?
—Estoy seguro de que la quieres Pipper, si no lo hicieras no estarías replanteándotelo, pero es claro que tienen una relación bastante dañina, realmente sería interesante que la pudieras convencer para que viniera a hablarnos a mi o a la señorita Paige. —El teléfono de Eric sonó y por el tono de llamada Eric supo que era Svetlana. Sí, Eric tenía un tono asignado a cada persona. —Lo siento, se disculpó viendo de reojo la fecha en su reloj, por la altura del mes en la que estaban podría deducir con bastante seguridad el contenido del mensaje y no pudo evitar sentir una ligera mezcla de miedo y emoción. Dios, el atendía todos los días personas destrozadas por sus catastróficas relaciones paternas, eran lo que le daban trabajo cada día ¿Realmente había pensado bien antes de proponerle a Jesse que fueran padres? No. No lo había hecho, había sido un maldito impulso egoísta por retener a su esposo. Definitivamente no un buen motivo para hacerlo. Volvió sus ojos a su angustiando paciente y le regaló una sonrisa para animarla—Pero Pipper, si tu mamá se niega a ayudarse a si misma no puedes culpabilizarte por ello, tu la quieres y eso es natural, pero el que te haya dado la vida no la hace dueña de ti.
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El legado de Caín (GAY +18)
Teen FictionEric McGraw lo tiene todo, una carrera exitosa, dinero, y un legado de estrechas relaciones con el narcotrafico. Jesse Rogers, es el detective a cargo del caso, recién salido de la academia vive con un solo objetivo en mente: limpiar el nombre...