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Capitulo 61

Casi de milagro Eric consiguió llegar apenas 15 minutos tarde, Jesse ya lo estaba esperando en el garaje del hospital. La gala se llevaba a cabo en el mismo salón de actos del recinto. Había sido organizado en honor a uno de los doctores que se jubilaría ese año. Eric no lo conocía demasiado, pero había oído a Jed quejarse varias veces del hombre. Era un miembro importante del hospital, de hecho casi todo el plantel oficiales de doctores estaría en ese momento en la gala dejando a los residentes a cargo de la guardia.

— Hola. —Eric observó a su esposo recostado en la puerta de su coche. Lucía cansado como si no hubiera pegado ojo en varias noches. Eric sabía que era cierto. Jesse lucía verdaderamente afectado y sin embargo la sonrisa cálida que le regaló al verlo hizo que todo el estrés del dia desapareciera para Eric.

—Gracias por venir, Jess. Te advierto que esto será aburrido. —Eric pasó su mano por la cintura de su esposo y lo acercó hasta estrecharlo a su costado dejándole un beso en la frente.

—Está bien, Eric. He estado en varias galas aburridas para recaudar fondos en la policía.

—Prometo que serán solo unos minutos mi ángel, saludaremos al agasajado y volveremos a casa lo más pronto que podamos. Te ves cansado. —Jesse asintió.

—Fue un día largo, todo es un revuelo en la oficina.

—Ese trabajo es malo para ti, Jess.

—Ya hablamos de esto, Eric.

El pelilargo suspiró pero asintió guiando a su esposo al interior del hospital.

Como había prometido, Eric fue directo hasta el doctor agasajado y tras felicitarlo por su carrera prodigiosa y desearle un buen retiro, los guio de un lado al otro presentándolo oficialmente a sus colegas.

Estaban en medio de eso de hacer sociales cuando una conocida, y desagradable para Eric, voz los obligó a girarse.

—Otro idiota que cree que hay algo mas detrás de él que una cara bonita y su mierda cínica. Deberíamos advertirle, ¿no, Eric?—Eric se volteó y puso a Jesse en medio para no abalanzarse sobre romeo.

El italiano estaba señalando con su copa en dirección a un grupo de residentes de medicina interna. Eran los residentes de Jed, que parecían haberse filtrado. Eric los había visto antes de pasada. Aun estaban los 3 y considerando la altura del año era bastante decir que ninguno hubiera renunciado.

—Basta Romeo. Basta. — Pidió Jed luciendo mortificado, sus uñas se clavaron en los antebrazos de su esposo que parecía no sentirlo y por la mirada vidriara en los ojos de Romeo, estaba claro que el hombre estaba borracho. Jed observó a la pareja de recién llegados—lo siento. Esta muy borracho.

—Deja de hablarle como si no estuviera, Jed.—La voz de Romeo se volvió una amenaza mientras sus dedos se cerraban alrededor del copón. —No soy estúpido.

—No eres estúpido pero estas borracho, vámonos a casa. Por favor. Romeo.

—oh, vamos Jed, el debe conocerte, con todo lo que te ha dado —Sus ojos volvieron a clavarse en Eric, había una clara enemistad entre ambos que el alcohol había dejado en evidencia.— vamos Eric ¿dime como te lo ha pagado? ¿De rodillas o de espalda? Yo aun no me decido como es mejor.

—¡Basta!—El chillido de Jed atrajo un par de miradas curiosas que se voltearon a ver el pleito.

Jed lucía realmente avergonzado en ese momento y la mano de Eric en el abdomen de Jesse se apretó por la tensión.

—Cierra la maldita boca y respeta al menos un poco a tu esposo—Gruñó Eric con la mandíbula apretada.

—oh Eric ¿tu aun estas enamorado de él? Te hice un favor al quitártelo, es una maldita puta. Supongo que por eso te gusta tanto.

El legado de Caín (GAY +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora