Eric McGraw lo tiene todo, una carrera exitosa, dinero, y un legado de estrechas relaciones con el narcotrafico.
Jesse Rogers, es el detective a cargo del caso, recién salido de la academia vive con un solo objetivo en mente: limpiar el nombre...
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Eric tuvo que llevarse a Max esa mañana con él al hospital. Gracias al cielo el pequeño era callado y cuando su curiosidad ganaba hacia preguntas concretas que por lo general a Eric no le molestaba responder. Vamos, había pensado en dejar a Max en una guardería pero le parecía demasiado mayor para eso. Iba a hablar con Oliver para que fuera a recogerlo al hospital y se quedara con él. Vamos, Eric confiaba en el hombre para el cuidado de niños, a pesar de su aura de segurata duro, Vory, hombre ruso, era un encanto con los niños.
Eric lo sabía de primera mano.
Estaba a punto de hablarle cuando Jesse le envió un mensaje de que se desocuparía e iría por el niño.
Eric miró la hora.
Dios, tenía 10 pacientes para esa mañana pero no podía dejar al niño solo por los pasillos. No era tan irresponsable y tampoco podía meterlo a la consulta con él, nunca podía predecir cuando algún paciente se pondría violento.
Okey...
Eric observó al niño.
En ese momento medio se dormía en sus brazos. Vamos, era demasiado temprano para sacar de la cama a un niño un sábado a la mañana. Se abrazaba a su cuello como koala mientras lo cargaba bajo la atenta mirada de sus colegas.
¿Tenía un niño en brazos y qué?
Sip, definitivamente traería rumores de pasillo.
Max en esos momentos tenía los lentes azules torcidos sobre el puente de su nariz y un pijama enterizo de cochecitos amarillo y rojo. Max se había negado a cambiarse diciendo que no le haría caso al hombre malo. De hecho hasta se había dejado las pantuflas de garras. Eric no era lo suficientemente paciente para lidiar con eso y estaba llegando tarde así que había dejado que el niño "se expresara" si esa era la excusa barata que estaba soltando cuando alguien le preguntaba porque tenía al niño en pijama.
—Dr. McGraw—Saludó Sandy nada mas verlo dejándole la Tablet con la planilla de pacientes que debía atender sobre el mostrador de enfermería. Eric apoyó al niño en el mostrador arreglándoselas a duras para para firmar las planillas aun con Max prendido de su cuello.
Joder con el niño con complejo de garrapata.
—Siento la tardanza—Se disculpó distraídamente mientras pensaba que demonios hacer con Max que en esos momentos parecía muy cómodo abrazado caprichosamente al cuello del "hombre malo". Eric no terminaba de entender si le agradaba o no al niño, no parecía muy contento cuando estaba cerca de Jesse pero tampoco parecía en contra. Eso era bueno, aunque tampoco estaba muy seguro de que el niño le agradará a él. Había algo interesante en su manera de razonar fuera de los parámetros de la norma que lo motivaba a molestarlo para que hable y teniéndolo tan cerca Eric había descubierto que el niño tenía los mismos ojos que Jesse aunque por lo demás se pareciera más a Carol. Tenía ese mismo brillo entre inocente y malvado brillando en sus ojos verdes.
