¡Toc toc toc! sonó la puerta y alguien entró...
-Buenos días, a desayunar...
-Dejame despertar–Hable somnoliento. -Osito despierta–Lo removí y él se despertó.
-Corazon ¿que hora es?.
-Van a ser las 7–Respondi mirando el reloj.
-¡Carajos me tengo que ir!–Se sentó y busco su ropa interior, se tapó con la sabana y se puso el bóxer rápido, se puso su pantalon y los zapatos... se puso la camisa blanca y encima la corbata.
-¿A que horas tienes que estar en el juzgado?–Le pregunté y seguí acostado.
-A las 8...
-Tienes tiempo–Le dije con un puchero.
-Tengo que reunirme con el abogado antes de entrar al juzgado–Me dijo abrochando su pantalon y camisa.
-Esta bien..–No insistí y me resigne.
-Ya me voy corazón, nos vemos después–Se acercó a la cama y me dió un beso.
-Osito debes cambiarte..
-Me cambio en el auto, siempre llevo un traje ahí.. adios te amo–Me dió otro beso y salió en carrera pero se devolvió.
-¿Que pasó?–Le pregunté y me senté en la cama.
-Si te atreves a seguír viéndolo te sacare los ojos–Amenazo a Eider desde la puerta. -Chao, te amo–Me miro y me mandó un beso.
-Te amo más.. ¡suerte!–Le grite y escuché sus fuertes pisadas por el pasillo.
Mire a Eider y esté estaba sorprendido y aturdido por lo que acabo de pasar.
-Deja esa cara–Rei y me tape con la sabana, el dejo la bandeja en la cama y me pasó mi camisa.
Desayuné tranquilo y felíz.. me tomé el medicamento, me envolvi en la sabana y me fui al baño, me hiba a desvestir pero abrieron la puerta del baño...
-¡¿Que haces?!–Pregunte un poco nervioso.
-¿Por que no me dijiste que tenías una relación con Estiven?.. me ilusionaste–Me hablo Eider dolido.
-Yo nunca te ilucione.. siempre deje muy claro que éramos amigos, te lo dije muchas veces...
-¡NO, tu me sonreias y me mirabas todo el tiempo, recibias mis regalos y estabas conmigo antes de dormir, te preucupabas y me dabas besos, aveces te exhibias desnudó ante mi!– Me grito muy enojado.
-No, tu lo malinterpretaste.. yo soy así con todos y si me diste esos regalos era por que querías nunca te obligue a nada... además yo siempre he nadado desnudó eso todos lo saben–Hable serio.
-¡Excusas!... ¡acepta que me ilucionaste!–Me grito otra vez.
-¡No, jamás hice eso, tu eres un amigo y si ahora no lo puedes ser vete!–Grite furioso.
-¡Claro como ahora ya no te sirvo me despides!.
-¡No estoy diciendo eso!.. ¡mira Eider!, ¡Ah! ¡ah!-Dije tocando mi vientre.
-¿Ahora que pasa?–Hablo de mal genio.
-¡Llama al doctor!–Me arrecoste a la pared por que sentía mucho dolor en mi vientre. -¡Llamalo y dile que me duele mucho!–Suplique llorando y me senté en el suelo.
-¡¿Que tienes Andrés?!–Eider se tiró al suelo y me tocaba el vientre pero solo opte por gritar del dolor..
-¡Llama al doctor!–Le grite asustado cuando vi sangre en el suelo.
Eider corrió y llamo al doctor, le dijo que yo estaba gritando y llorando por un dolor en el estómago y que estaba sangrando..
-¡Vamos a un hospital!–Eider estaba temblando.
-¡No, un hospital no!–El dolor se intensifico más y no deje de llorar y pedirle a Dios que cuidara a mi bebé.
No me quise levantar del suelo por el dolor, la sangre no dejaba de salir y yo tenía mucho miedo.
Después de casi 15 minutos de mucho dolor, gritos, lágrimas y súplicas llegó el doctor... él me vio tirado en el piso y se asustó, me pregunto unas cosas y en lo que pude respondí.
-¡Doctor mi bebé!–Llore y tome su brazo.
-Debemos ir al hospital–Comentó el doctor y me hiba a levantar pero sentí una punzada en mi vientre y grite.
-¡No, un hospital no, vamos a su clínica!–Le dije apretando mis dientes y mi agarre en su brazo.
-No, esto es mucha sangre.. puedes perder al bebé...
-¡NO!–Grite con rabia y dolor.
-Muchacho ve y que el auto este listo.. sube rápido para bajarlo–Hablo el doctor muy serio.
Eider se fue y el doctor sólo se quedó ayudándome a tranquilizarme..
-¡Doctor no quiero perder a mi bebé!–Lo mire y el asintió, me tomo de los brazos y me levantó, grite por que cada vez que me movia me dolía.
Eider subió y me cargo para bajar.. no se si lloraba más por el dolor o el miedo que sentía...
-¡No llamen a Estiven, no lo hagan!–Suplique y me metieron al auto, mis lágrimas seguían y me estaba sintiendo muy debil.
-Siganme, iremos a mi clínica–Dijo el doctor y después no escuché más.
El auto arranco siguiendo al auto del doctor.. este camino lo he recorrido muchas veces y es la primera vez que se me estaba haciendo eterno...........................