CAPÍTULO 3

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- Mamá, no hacía falta que vinieras, con que me dieras la receta era suficiente.- le dije abrazándola.

- Tu padre y yo tenemos mucho tiempo libre, si a ti te gustara compartir más con tus padres, encantados estaríamos aquí con más frecuencia. Si tus hermanos no estuvieran tan lejos felices nos recibirían en sus casas- sus esposas "tus nueras" no lo creo... dije para mi...

- No es eso, sino que tus matas resienten cuando te alejas de ellas y las niñas(sus tortugas)... más.

- GERÓNIMO encantado se queda con ellas. Las niñas lo adoran, sabes cómo es de consentidor.

- Si, tan bello siempre GERO...

- Tío GERÓNIMO, SAMANTHA, por favor, podrías ser más respetuosa.

- El ama que lo llame así- dije.

- Pero no está aquí, y referirte así lo hace irrespetuoso.

- Deja a la niña mujer... la sigues regañando como cuando era una cría, ya está grande.- me ayudó mi papá.

- 31 años no es ser grande. – espeto mi madre.

- Tiene una hija, vive sola, trabaja, se sostiene y tiene una casa, eso para mi cuenta como que es ya algo grande.

- La hija la tuvo cuando aún ella era una niña, vive sola por la alcahuetería de tu hermano, trabaja porque eso hace todo el mundo y tiene una casa, volvemos al punto de la alcahuetería de GERÓNIMO que casualmente le consiguió empleo a 123 km de donde vivimos y le dio por querer vivir en casa de tus padres cuando murió GERTRUDIS, de casualidad decidió dejársela a SAMANTHA en calidad de cuido. Y ya han pasado 7 años desde eso.

- Pero- iba a replicar mi padre y los interrumpí.

- ¿Pueden dejar de hablar como si yo no estuviera aquí? o no fuera de mi de quien hablan y mamá, aun no cumplo los 31. – trate de usar un tono conciliador y no reprochar su actitud.

- Claro hijita. – se acercó mi papá, me dio un beso en la mejilla y se alejó al patio trasero con un guante y pelota en mano- KIMI... ya estoy listo para mis clases- canturreo, mi hija lo está enseñando a pichar...

- Lo siento.- dijo ella poniendo cara de perro regañado.

- Está bien mamá. No pasa nada, sigue dictándome los ingredientes que te debo comprar, para que hagas los enrollados de la subasta de mañana.

- Si... carne molida con una sola pasada...- continuo...

Estaba en el súper mercado, hay dos tipos de personas, las que aman ir al súper, y las que lo odian y solo van por necesidad, yo soy del segundo grupo, pero como está la tensión en mi casa, creo que hasta estoy disfrutando lo detallado y minucioso que es comprar ingredientes para mi madre.

- Una sola molida por favor... le indico al vendedor.

- A mí me da un kilo igual que el de la señora. – conozco esa voz.

- ¿ALEXEY?

- Señora SAMANTHA.

- No digas señora- le susurro- puede salir del pasillo mi mamá.- él sonríe apenado.- mejor me dices SAM, ¿Te parece?

- Está bien...- sonríe-  ¿Cómo está KIM?

- Está bien, se quedó en casa, está mi padre de visitas y ella es su instructora personal, a los 68 le ha dado por aprender a lanzar.

- Dicen que nunca es tarde para aprender...- apostillo y yo asenti.

- Puede ser.- sonrío.

ME GUSTA EL RUSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora