- ¿ALEXEY? SOFIA... - escuche decir a YURI quien incrédulo no quitaba la vista de la entrada de la casa nueva y poco a poco se le dibujaba una enorme sonrisa en el rostro y luego me miro emocionado a mí- Es ALEXEY, no sé ¿Qué ocurre? Pero está aquí.- parecía no poder creérselo.
Dijo y vi al crío acercarse a abrazarlo a él y tomar mi mano a la vez...
- ¿Qué ocurre?- pregunto con evidente preocupación. – No responden mis llamadas, los yeyos solo me dan evasivas, y ahora vengo y veo a KIM con esa bota que no combina con su look y a ti en una camilla SAM ¿Qué fue lo que paso?- estaba ya alterado. KIM llegó a su lado para abrazarlo dando saltitos, ya que no había tomado las muletas.
- Calma cariño- le dije apretando su mano.
- Nos accidentamos- dijo mi hija, con cara de pena y culpa- me caí de las escaleras y mi mamá corrió a ayudarme y se lastimó el nervio ciático.
- ¿Es grave?- preguntó el chico, YURI y yo nos miramos preocupados- por su expresión creo que si- nos señaló.
- No ALEXEY, no es grave- dijo mi hija- debe guardar reposo absoluto unos días, pero luego estará bien ¿Verdad Ma...?- asentí.
- Vamos dentro que SAMANTHA debe descansar- dijo YURI haciéndole seña al camillero que avanzara.
Resulta que ALEXEY, había decidido venirse a estudiar para acá, tal y como se lo había prometido a KIM en el aeropuerto, de hecho dijo que no mencionaba la fecha de regreso y su decisión porque él creyó que había quedado clara su intención de regresar, ya que fue lo primero que hizo al llegar a Rusia, decirle su decisión a su madre e IRINA al parecer lo había tomado bien, no los iba a comunicar el día de la caída, pero al no poder comunicarlo, decidió adelantar su viaje, un día antes.
Me habían instalado en una de las habitaciones de abajo, la que se supone seria de KIM, tenía un bonito decorado, solo que en vez de la amplia cama matrimonial que ella había elegido, estaban dos camas, una individual y una tipo clínica, moderna, pero igual no le quitaba que era una cama de hospital.
- Gracias- Dijo YURI al paramédico, este asintió se despidió y salió. Yo enfoque a SOFIA...
- No me has saludado SOFIA- ella esbozo una sonrisa triste y luego se puso seria. No entendí su actitud.
- No me gustan las mentiras- espeto seca- esto que tienes no es un simple nervio ciático, de ser cierto habrías gritado cuando te pasaron de la camilla a la cama, hay algo más que están ocultando...- me quede sin palabras- ¿Estas embarazada?- soltó así nada más y YURI cerró inmediatamente la puerta para poder hablar con esta mujer sabueso que se olía las cosas desde lejos.
Yo asentí, porque no podía hacer nada más...
- Nadie lo sabe SOFIA- siseo mi gigante.
- Ok, no lo sabrán por mi... ¿Cuánto tiempo llevas?
- Casi las 4 semanas- dije con pena, no se a cuentas de que sentía pena por estar embarazada, creo que aún no superaba mi primer embarazo y es que se repiten las cosas, estarlo sin planificarlo, el secreto de no decirlo aún... detestaba esta situación.
SOFIA al escuchar el tiempo, apretó los ojos y negó pesarosa.
- Es un tiempo delicado- dijo- pero lo lograremos- tomo mis manos y las lágrimas comenzaron a brotar sin control...- reposaras todo lo que debas cariño, haremos todos lo posible para que mi nieto o nieta este bien- poso su mano de forma ligera en mi vientre y la forma cálida en que lo dijo me llenó el alma de amor y de esperanzas.
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ME GUSTA EL RUSO
AcakCuando lo cotidiano es digno de contar, cuando la simpleza representa cosas interesantes. Samantha Cabrices quiere vivir tranquila y le tocara amar en otro idioma... con una altura imposible de disimular, un hombre llega a desordenarle las ganas...