Mi madre, contra todo pronóstico, guardó silencio- cosa que parece la tarea más difícil para una madre, guardarse las opiniones respectos a las cosas que le suceden a sus hijos, nos sentimos con un derecho obligatorio de hacerlo, es innato- sirvió los tés, le coloco una cucharada extra de azúcar al mío, sabe que lo tomo así, cuando es té negro, se sentó frente a mí sin mirarme, ni preguntar nada, vaya que sabía era esta mujer con la que a veces quería poner océanos de por medio... pero sin la que podría vivir...
- ¿Lo odias?- pregunte acercando a mi boca la taza de té.
- ¿A quién? mi amor...- suspire, colocando la taza en su sitio y acostándome al espaldar de la silla alta de la isla...
- ¿A YURI?- dije con obviedad...
- ¿Debería odiarlo?- preguntó tomando de su te, y quejándose por lo bajo al quemarse la lengua con la infusión, que, de veras estaba muy caliente...
- No lo sé, soy tu hija y me has visto sufrir dos días, sin querer salir, ni comer... si KIM sufriera por alguien creo que yo podría odiarlo, soy su madre...
- Estas sufriendo porque quieres, porque lo quieres y por las películas que macabramente te haces en la mente... no sólo por él...
- Gracias- dije queda, ¿ahora el sermón era para mí?
- No hay de que, sabes que ¿cuando quieras realidad...?
- Te busco- respondí y ella se encogió de un solo hombro...- escucharlo al teléfono, es como tener una quemadura y ponerle ungüento mentolado para aliviarla, si le pega la brisa refresca, pero ¿cuándo no...?
- Arde más...- culminó.
- Así es...pero verlo... uff- dije, pero ella no me prestó atención. Seguía pensando...
- Podría odiarlo- dijo por fin, colocando más agua hirviendo a su te- si no te amara, si te hiciera daño "tóxico" lo llaman ahora, mujeriego, borracho, sinvergüenza se le decía en mis tiempos, ¿Qué más da?, pero como veo que te quiere, que toma con mesura, que no parece irse tras una escoba con falda y tiene vergüenza, pues creo que no... no lo odio...
- Osea, que si cumple esos tres requisitos, ¿para ti es suficiente?- pregunte buscándole la lengua, no sé porque hoy quería escucharle a mi madre mil opiniones... seguro tenía muchas más... pero, solo serían mil hoy...
- Si, y que no tengas que mantenerlo, eso también cuenta... al final siempre seremos princesas a las que rescatan, aún y el feminismo... no queremos vivir para rescatar al príncipe y menos económicamente... es naturaleza evolutiva, desde el inicio el hombre ha sido el proveedor... los tiempos cambian y estoy de acuerdo en la actualidad y su 50/50, pero esa distribución y solo esa; no 90/10 desde ninguna posición, sea el 10 la princesa o el príncipe... el que represente el 10, muchos creerán que es el beneficiado, pero no, ese 10 también es su cuota de participación en las decisiones que atañen a la pareja... y cuando se evidencia una desventaja en una relación, simplemente se cae mi amor...
- Ok. Me parece lógico...- susurre.
- ¿Niña?- reaccionó de repente- ¿Qué es eso de verlo y uff...?
- ¿Efecto retardado madre?- frunció el ceño y me miro feo- ya... una no se puede jugar contigo... y bueno, ya había hablado con él por teléfono por lo de SOFIA... pero verlo... mi cuerpo reaccionó, se puso en estado de alerta, mi corazón martilleo... creo que quien se acercara a un metro de mi lo escucharía... me sentí segura cuando él llegó, fue como una película, en el momento justo... me dio susto saberlo cerca.
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ME GUSTA EL RUSO
CasualeCuando lo cotidiano es digno de contar, cuando la simpleza representa cosas interesantes. Samantha Cabrices quiere vivir tranquila y le tocara amar en otro idioma... con una altura imposible de disimular, un hombre llega a desordenarle las ganas...