La música era suave, bien se podía bailar por separado, pero él se acercó bastante a mí, mi cabeza le llegaba al pecho, vaya que era alto, mis manos no alcanzaban sus hombros, de solo pensar en intentarlo ya sentí calambres en los brazos.
Solo nos dejamos envolver por el ritmo, no había nada de espectacular en ese baile, era solo sentirnos cerca, no sé si era su corazón lo que retumbaba en mis manos o eran los acordes del bajo.
- SOFIA me dijo que ibas a salir con chicos guapos- Lo escuche decir y sonreí sin alzar el rostro.- ALEXEY piensa y le preocupa que tu jefe está enamorado de ti. – negué con el rostro sin que la sonrisa se fuera de mis labios- tu madre creyó que yo también vendría a este lugar contigo, te mando tu celular, dinero y...
- ¡Por Dios!- me separe de él y lleve ambas manos a mi rostro- no quiero saber que más mandó mi madre- negué con la cara aun cubierta por mis manos.
- Sí...- dijo y lo vi asentir sonriendo.
- No- respondí frunciendo la cara.
- Sí- dijo retirando las manos de mi cara y vislumbre de nuevo su sonrisa burlona.
- A partir de hoy me considero huérfana de madre... lo juro.- dije negando, esto era el acabose, SAMANTHA LEAL, alias mi madre no tenía coto...
- No es para tanto, solo un inocente preservativo, de sabor y corrugado, para mayor placer...- narro especificando las indicaciones o descripción del envoltorio.
- Lo estás disfrutando ¿Cierto?- pregunté con cierta pena.
- ¿Qué?- pregunto haciéndose el desentendido.
- Burlarte de mí.- dije mirándolo a los ojos...
- No- dijo acercándome a él, nuevamente y rodeándome con sus brazos para hacerme retomar el baile que hacíamos, desganada solo me deje llevar.
- Tu madre pensó que no era buena idea que vinieras sin teléfono y sin dinero- continuó- dijo que al llegar seguro te daría una crisis, te encerrabas en el baño y pensarías ¿Cómo salir de aquí? y sin esas dos cosas se te haría más difícil hacerlo. Cuando te vi salir del baño me pude tranquilizar... fueron 27 minutos y 32 segundos.- apostilló calmado.
- ¿Los contaste?- no pude evitar sonreír...
- Si, tu madre dijo que si pasaban de 30 minutos desde que entraras en el baño, sin importar que sea el de damas, fuera por ti, ya que de seguro estarías paralizada de miedo frente al espejo, sin saber ¿Qué hacer?
- Mi madre exagera.- blanquee los ojos aunque él no me vio hacerlo.
- Solo te digo lo que ella me indico.- me molestaba que mi madre fuera tan quisquillosa, odiaba que me conociera tanto, que me pusiera en apuro, pero también le agradecía esta sensación de alivio que me embargaba estando rodeada por los brazos de este hombre. LORENZO, LORENZO... no pensaba usar hoy ese bendito preservativo, de sabores y sensaciones, NO. LORENZO, LORENZO... pensaba, como mantra de contención.
Terminó la canción y me separe.
- Debo subir, si quieres podrías...- me encogí de un hombro, haciéndole ver que no me importaba si quería subir junto a mi.
- Tranquila sube, yo estoy bien aquí, andan unos amigos por aquí abajo, me tomaré algo junto a ellos. – asentí y sentí su mano de nuevo en mi brazo- te irás sin esto- me tendió lo que acababa de sacar dentro de su saco- mi celular y un par de billetes.
- Gracias... pero creo que falta algo- dije, me miro y alzo la ceja.
- ¿Crees que lo necesitarás hoy?- alzo la otra ceja.
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ME GUSTA EL RUSO
AcakCuando lo cotidiano es digno de contar, cuando la simpleza representa cosas interesantes. Samantha Cabrices quiere vivir tranquila y le tocara amar en otro idioma... con una altura imposible de disimular, un hombre llega a desordenarle las ganas...