CAPÍTULO 45

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- ¿Dónde crees que vas?- dijo apretándome más a él.

- ¿Debo decirte?- sonrei como boba y pregunte sonrojada.

- Deberías... estamos casados y estás pensando alejarte de mí, en plena luna de miel- sonreí.

- Pues, tendré que ser clara: has dejado tu semilla regada en mí- señale con la mirada mis piernas- y debo asearme, ¿Digo? ¿Si aún quieres gastar los paquetes que trajiste?- lo rete.

- Si es así, deja te llevo- se sentó en la cama.

- No, mi amor, mucha intimidad para nuestra primera noche- indique.

- Primera noche no, luna de miel, ¿Quién creería que en pleno siglo XXI, esperamos hasta que se celebrara el matrimonio romano, para tener nuestra primera vez...?- negué.

- Te quiero YURI- lo dije acariciando el contorno de su rostro, era cierto, lo quería y mucho, me acerque... lo bese.

- Te estaré esperando moya lyubov', no tardes...- roso mis pezones con el dorso de sus dedos y me erice en respuesta...

- Cálmate gigantón, que solo en 6 pasos estaré dentro del baño...- aportille- no me voy del país...

- Son 6 largos pasos... ¿Sino corres? iré tras de ti- corrí y entre al baño, me asee, no quería mirar mi rostro al espejo, no sabía ¿Con qué me conseguiría esta vez? Al final no lo pude evitar y al mirarme, me fije en que gritaba sexo por donde se mirara, ¡DIOS...! iba a darles con que molestar a los cotillas de mi familia por días... mi piel ya no se veía tan pálida, al alejarme un poco del espejo me sobresalte, tenía un chupón encima de mi pezón izquierdo (condenado ruso, me había marcado).

Al salir del baño me lo encontré ya en la entrada y salte por el susto, no esperaba que estuviera allí. Me había cubierto con una bata que siempre tenía en el baño. Él estaba tranquilo exhibiendo su desnudez sin ningún tipo de restricción o complejo... ventaja de ser hombre y que nosotras cuando amamos le prestamos menos atención a ello, cosa que no sería problema con él, ya que parecía haber sido hecho a mano y con unas muy generosas, ya que era en dimensiones triple XL.

- ¿No podías esperar?- lo reñí, con poca contundencia.

- No, además también quiero asearme- hizo igual que yo señalándome con la mirada su muslo izquierdo, también estaba lleno de su "semilla"- ¿Qué significa esto?- dijo tomando el lazo de la bata que reposaba en mi abdomen- no la necesitas- tiró del lazo dejando caer la bata tras de mí, mirando con descaro mi cuerpo desnudo, hasta detenerse en el detalle que ya había yo reparado frente al espejo.

- Perdón...- murmuro excitado- tendré que hacer otro aquí, señalo el borde del otro pezón- digo, para que no se sienta desamparado- indicó rozándolo y poniéndolos firmes una vez más, "traidores", me dejaban en la calle, me delataban, comenzó a empujarme dentro del baño.

- No- dije empujándolo a un lado para salir del baño.

- ¿Por qué?- pregunto remilgado.

- Porque ya me asee, estoy limpia... te espero fuera- dije cerca de él para besarlo antes de salir por completo de la entrada del baño.

- Estabas- susurro dentro de mi oído y mire hacia abajo, viéndolo empuñar su ya creciente erección contra mi estómago, llenándome nuevamente de él.

- Tramposo- espete.

- Necesitado- dijo y me levanto, pensé que iría al baño, pero no, entró de nueva cuenta a la habitación se dirigió donde estaba nuestra ropa, tomo el pantalón y me lo tendió- bolsillo derecho- indico y entendí que me pedía que hiciera "los preservativos", los tome dejando caer el pantalón y se los mostré- buena chica, ahora vamos a gastarlos de una vez- dijo y reí aun en sus brazos entrando al baño con él.

ME GUSTA EL RUSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora