- Ahora sí, legalmente eres mi socia.- dice MAU entregándome la servilleta para que me limpie los restos de tinta en mis dedos pulgares.
- Si, sabes que no era necesario, pero gracias...- sonreí feliz.
- No te hago un favor SAM, te lo has ganado, han sido 7 años de mucha dedicación, valórate, debías estar esperando esto cuando te di MONARCA para ti sola, debiste presumir.
- Me valoro, pero se al lado de quien trabajo, todos son muy buenos.
- Corrección: todos somos muy buenos, inclúyete. Hoy si me aceptas la invitación a almorzar.
- Claro, no puedo rechazar un almuerzo gratis- le guiñe un ojo y caminamos a la salida.
- Solo espero este a la altura del almuerzo de ayer- me carcajee- ¿Qué?- pregunto extrañado.
- Comimos en un autoservicio...- dije aun entre risas.
- Tacaño ruso...
- No seas así, fui yo la que quiso comer allí, dentro de carro...
- ¿Tienes problemas? en serio SAM ¿Un autoservicio? ¿Qué clase de cita fue eso...?
- No fue una cita, me invito a almorzar, solamente. Gracias- dije cuando abrió la puerta del registro para que saliera a la calle.
- A mí me pareció más que eso, aunque por lo abrupto de la despedida con solo un roce en tu brazo, realmente no cumplió los requisitos de una cita. No hubo beso... - exclamó dramático.
- ¿Estás a favor o en contra?- mencione blanqueando los ojos.
- No estoy en nada, no me cae, el ruso de tres metros no me cae, y contigo...
- 1 metro 98, para ser exactos.
- Y, volvemos a los cálculos SAM.
- ¿Que puedo hacer? somos arquitectos...- justifique.
- Mejor, dime ¿Dónde quieres comer? y ojo, no aceptaré un grasoso autoservicio, como propuesta.- me señaló.
- No la pase mal ayer... fue agradable- asegure.
- Si, lo note cuando entraste con el haciendo la propaganda de la familia feliz, muy cliché, los tuyos los míos y solo faltarían los nuestro...
- Mi mamá dice que unos hijos de YURI y míos serán impactantes...- pestañee para molestarlo...
- Tu madre está a favor, eso ni quien lo dude... y trato de odiarla por eso, pero aun no puedo, cocina muy bien la ladina esa...- ambos reímos.
- Este restaurant es raro.- dije al entrar...
- Y nuevo y exclusivo...- recalcó- reserve hace 12 días, cuidado con tu teléfono, puedes tomar fotos dentro pero bajo ningún concepto puedes grabar videos.
- ¿En serio?- pregunté.
- Sí- respondió encogiéndose de hombros- estaba como condición en la reservación.
- Será...- dije.
- Será. – respondió.
- La comida estaba exquisita, el SAQUE, picante como siempre.- dije al terminar la comida.
- Si verdad, quién creería que el arroz produce tanto grado alcohólico... ¿llevarás a KIM a la práctica?
- No, lo hará mi padre.
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ME GUSTA EL RUSO
RandomCuando lo cotidiano es digno de contar, cuando la simpleza representa cosas interesantes. Samantha Cabrices quiere vivir tranquila y le tocara amar en otro idioma... con una altura imposible de disimular, un hombre llega a desordenarle las ganas...