Estaba terminando unos informes en la sala de reuniones.
- Con permiso, SAMANTHA, te buscan.
- Un momento- termine de firmar- pásala a mi oficina por favor- había quedado con ESTHER de salir por un café, necesitaba contarle la conversación con LORENZO y lo que ocurría con YURI.
- Ok- la escuche decir y cerrar.
- ¿Las puedo acompañar?
- Lo siento MAU es un café de chicas...
- ¿Desde cuándo me consideras un chico?
- Eres un chico- acote enrollando los planos y apagando mi lámpara.
- Pero quiero ser tu chico- se acercó mucho a mí, puso su mano sobre la mía, con la que infructuosamente intentaba despegar la lámpara que se sostiene a la mesa, de hecho es la de mi oficina, pero cada vez que reviso algo aquí, la traigo conmigo; cómo ve que no digo nada- deja que te ayude, sabes que se atora- retire mi mano y asentí- no tienes porqué asustarte no te voy a besar.
- No me asusta.
- No es lo que me pareció, toma- me pasó la lámpara.
- Gracias.
- No hay de qué y salió...- suspire.
Llegue a mi oficina empujado la puerta para entrar, ya que traía mi portátil, los planos y la bendita lámpara, con el cable colgando.
- Ayúdame al menos- regaño a mi amiga ESTHER, pero no es ella quien está aquí... es YURI, vestido todo de traje, con las manos en los bolsillo y el ceño fruncido. Se fija, me quita las cosas de las manos y las coloca cuidadosamente en mi escritorio- hola- digo.
- Hola- responde volviendo a colocar las manos donde las tenía- ¿Esperabas a alguien más?- pregunto en tono cortante.
- Si, a ESTHER, quedamos en ir por un café, pero... siéntate, aún le falta para llegar.- quise hablar normal, aunque verlo me ponía de nervios, hace tanto que no tenia una relacion o casi una relacion que ya no sabía ni cómo actuar tras una pelea o un desacuerdo.
- No, así estoy bien. ¿Ayer no fuiste a mi casa...?
- Estaba cansada.
- ¿Cansada...? bien.- el ambiente estaba tenso, él estaba evidentemente molesto, tu tono, su ceño, su expresión corporal en general lo delataba.
- Siéntate, por favor y conversamos, de lo que sea te esté molestando.
- Asumes que estoy molesto- ladeo la cabeza en señal de obviedad- ¿Tengo motivos?- alzo una ceja.
- No que yo tenga conocimiento, pero... ilústrame.- toma la silla y la abre, se sienta pero en seguida se para.
- Acabo de ver, como te ibas a besar con TU jefe.- ok, era eso...
- No es lo que crees...
- Ok, seguro, estoy viendo mal.
- No YURI, no estás viendo mal, solo que se acercó porque me iba a ayudar a despegar la lámpara que se atora de la mesa, lo viste cerca y entiendo que eso te haya mostrado una falsa escena... pero...
- ¿Debo creerte?
- Es la verdad...
- Ya me han visto bastanta la cara (quería corregir que pronunciaba mal, las palabras, pero no era buena idea) si él quería decir bastanta en vez de bastante, por ahora estaba perfecto.
ESTÁS LEYENDO
ME GUSTA EL RUSO
RandomCuando lo cotidiano es digno de contar, cuando la simpleza representa cosas interesantes. Samantha Cabrices quiere vivir tranquila y le tocara amar en otro idioma... con una altura imposible de disimular, un hombre llega a desordenarle las ganas...