Toc, toc, toc... escucho a lo lejos, luego silencio, de nuevo Toc, toc, toc, tres suaves golpes en la puerta de mi estudio.
- Va- dije con desgano, miro el reloj en mi muñeca (las 7:20 pm), me dormí sobre el plano. La habitación estaba oscura, solo la luz de la mesa de dibujo estaba encendida.
Cuando llegue me bañe, me coloque un kimono que uso de pijama cuando están mis padres, porque las "cómodas" mías, son de cuando tenía 17 y 12 kg menos, me quedan ya minúsculas y transparentes de lo usadas que están. Suena de nuevo la puerta con un solo Toc.- voy- respondí yendo a la puerta.
- Ya está la cena.
- YURI, ¿Qué haces aquí?
- Disculpa... es que traje a los chicos y tu madre me invitó a cenar y...
- Está bien, debía suponerlo...
- Si te molesta yo...
- Shhh, tranquilo, está bien- miro mi atuendo, porque él también lo hace, es un kimono de dos piezas de pantalón largo y camisa manga corta- me tengo que vestir, diles que ya bajo por favor.
- Ya estas vestida, no tienes por qué cambiar tu cómodo atuendo solo por mí, además solo somos ALEXEY y yo.
- Ok, pero, ¿Por qué hablamos en susurros?- desde que él dijo que estaba lista la cena habíamos utilizado un tono bajo para comunicarnos, el comenzó y yo le seguí la corriente.
- No lo sé, aunque parece que a las fieras las calma que le hablen despacio...- se echó a reír.
- Me acabas de llamar fiera...
- Yo... no... es- hablaba entre risas y no pude evitar contagiarme.
- Bien, te lo voy a dejar pasar vamos- le indique con la mano para que bajara al comedor.
- Las damas primero- indicó, asentí y comencé a caminar rumbo a las escaleras, estaban ya en la sala mi papá y los chicos que miraban en el iPod que música colocar y mamá, asumo estaba en la cocina.
- Mamá, ¿Adivina quién ganó en los bolos?- dijo mi hija al divisarme.
- Tú, si estas tan de buen humor...- ella sonrió y vino abrazarme.
- Siii, me gane dos pases de una hora cada uno, creo que podríamos ir en la semana.
- Ya veremos cuando vamos.- respondí quitando el flequillo que le tapaba los ojos.
- A lavarse las manos niños, que ya voy a servir mi obra maestra- gritó mi madre.
Comimos entre cuentos de mi infancia y adulaciones de YURI hacia la comida de mi madre, que la verdad estaba deliciosa, pero si también yo lo decía estaría que no se aguanta de la presunción que traería.
- ¿Nos tomamos un té en la sala?- pregunto mi madre
- Yo preferiría algo más fuerte, no sé ¿Qué opinas tú YURI?- ambas miramos a mi papá.- estoy siendo amable con el invitado- se encogió de hombros.
- Lo que me quieras ofrecer GERMAN, por mi está bien.
- Un whisky para nosotros entonces, las damas que tomen su te- sentencio mi padre al sentirse apoyado, ya que entre mamá y yo nunca le dejamos decidir nada, y al no estar mis hermanos, pues YURI le ha servido de apoyo.
- Nosotros veremos una película- resolvió mi hija.
- No KIM, una película es mucho tiempo, mañana ustedes tienen colegio, tu madre y yo trabajo, por lo que solo estaremos mientras dure ese único trago que le aceptaré hoy a tu abuelo. – acotó YURI.
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ME GUSTA EL RUSO
RandomCuando lo cotidiano es digno de contar, cuando la simpleza representa cosas interesantes. Samantha Cabrices quiere vivir tranquila y le tocara amar en otro idioma... con una altura imposible de disimular, un hombre llega a desordenarle las ganas...