- Ma... ¿Ya tomaste tus medicamentos?
- Si KIM, recién los tome...- suspire- ¿A qué hora dijo que llamaría ALEXEY? Sabes qué debemos irnos para estar en casa, aquí aún no hay conexión de WIFI y no podemos arriesgarnos a que los datos del celular no sean suficiente para comunicarnos con él...
- A las cinco, aún tenemos una hora para llegar a casa- dijo mi hija bajando las escaleras de dos en dos, hasta que pelo un escalón y como en cámara lenta la vi trastabillar y en un acto instintivo corrí, pero no pude alcanzarla y de paso, termine cayendo también, tras un grito que pareció un alarido, para luego escuchar las voz alarmada de ESTHER que venía con unas cajas que dejó caer y los preocupados vocablo de YURI, que soltó su teléfono.
- Ay... ay, ay... ay- era un concierto de quejidos que enunciamos mi hija y yo, ella en el penúltimo escalón de la escalera, yo en el suelo casi junto a ella, ESTHER corrió en mi dirección ya que venía de la puerta principal y YURI hacia mi hija, puesto que es se encontraba en la segunda planta, pero mirándome con extrema preocupación a mí, que quede con una pierna doblada hacia atrás y otra flexionada hacia adelante.
- Te puedes parar- me dijo YURI y yo negué- y ¿tú?- se dirigió a mi hija.
- No, me duele mucho- mi hija sollozaba y comenzaba a llorar con mayor intensidad- me duele el pie derecho- dijo y cuando lo mire ya el referido tobillo se encontraba casi al doble de su tamaño normal.
- No se muevan, ninguna de las dos- indico y fue a buscar su teléfono donde quedo tirado- Chyórt ("DEMONIOS" o "DIABLOS" en ruso) se dañó, cariño me facilitas el tuyo, para llamar a dos ambulancias.
- Claro -se lo tendí, con un poco de pena, ya que corrí, me resbale y caí, pero no lo solté- no creo que sea necesario, podemos llevar a KIM al hospital en tu camioneta.
- No y no hay derecho a debate- Indicó- necesito que vengan los paramédicos y las chequeen primero aquí, ya verás que no tardan.
- Ayúdame a levantar...- le pedí a ESTHER.
- SAMANTHA- habló con una rotundez que me dio miedo- no te moverás de allí, ni tu jovencita, se cayeron, tienen dolor, se mantendrán lo más inmóvil posible, mientras llegan los especialistas- se retiró a la puerta para hablar con lo que creo era el servicio médico.
Después de que ambas narramos lo ocurrido un par de veces, llegaron los paramédicos, le inmovilizaron la pierna a mi hija para llevarla al hospital y me enderezaron para ir también al mismo sitio. ESTHER se fue con mi hija y YURI conmigo.
- Relájate amor, todo estará bien...- dije tomando su mano.
- Estará bien cuando un médico lo certifique- estaba serio, creo que hasta molesto- sabes que no debiste hacer eso ¿Verdad?- me recrimina.
- Es mi hija se iba a caer y...
- No lograste evitar que cayera y se lesionara... Sé que no lo creerás... pero...claro que te entiendo, sé que fue instintivo, pero vienes sintiéndote mal y ahora esto, estoy preocupado, creo que lo mejor es que no digamos nada, estamos bajo presión y los nervios jugaran en contra- bramo, llevándose las manos al rostro para estrujarlo fuerte...
El resto del camino ninguno hablo, yo solo miraba el techo y él al piso, tenía razón y no la tenía a la vez, nadie sabe cómo va a reaccionar en una situación así, sé que se preocupaba no sólo por mí, sino por KIM, no debíamos buscar responsables, había sido un accidente. Mi dolor abdominal se intensificó, pero no se lo hice saber, ya le indicaría exactamente lo que sentía al doctor en cuanto estuviera en el hospital.
ESTÁS LEYENDO
ME GUSTA EL RUSO
RandomCuando lo cotidiano es digno de contar, cuando la simpleza representa cosas interesantes. Samantha Cabrices quiere vivir tranquila y le tocara amar en otro idioma... con una altura imposible de disimular, un hombre llega a desordenarle las ganas...