JungKook tiró la manzana en el cesto de basura de la biblioteca y miró a EunBi que estaba sumergida entre varios libros esparcidos en una de las mesas del lugar.
—Falta una semana y estaremos libres de todo estudio— dijo el menor y acarició el suave cabello de su amiga mientras tomaba otro sorbo de su té con leche.—, ¿EunBi? ¡EunBi!
La castaña se despertó y el menor hizo una mueca de disgusto al ver cómo un hilo de baba recorría la comisura de sus labios hasta su barbilla. EunBi abrió primero un ojo y luego el otro para después limpiarse.
—Te dije que no te quedases dormida — le advirtió el menor— ya sabes que la bibliotecaria se quejó porque los libros tenían paginas mojadas, ew.— y el menor sintió un escalofrío en la espalda haciendo que se sacudiera un poco mientras veía a TaeHyung que imitaba su acción.
—Dejame dormir, ayer estuve toda la madrugada haciendo un informe.
—No te mates así.— el menor comenzó a ordenar los libros a los alrededores de la castaña y se sentó finalmente frente a ella.
—Oye. Por cierto... ese chico el rubio...— EunBi dijo entrecerrando los ojos.
—¿San?— preguntó JungKook y EunBi asintió.—¿Qué ocurre con él?
—Ese día que fuimos al festival me dió un papel y me pidió que lo llamases o bueno que tú lo llamaras para ser más exacta.— la castaña metió una mano en uno de los bolsillos de su abrigo y sacó un papel algo arrugado para luego entregárselo al menor.
El menor aplanó el papel en la mesa y frunció el ceño y mirar a su amiga.
—¿Doctor Choi?— preguntó JungKook y su amiga tomó el papel de las manos del castaño y ladeó la cabeza.— ¿Para que pudiese necesitar un doctor?
—Tu hombro.— respondió EunBi y JungKook cayó en cuenta.
Cuándo pasó lo del incidente del spa, tuvieron que revisar si JungKook no se había quemado en otra parte por casualidad y tocaron su hombro haciendo que el menor se quejara del dolor, quizás San conoce a alguien para que lo ayude con su problema.
—¿Quieres visitarlo?— preguntó EunBi y JungKook asintió.
—Lo haremos luego de terminar de leer los grimorios de la bisabuela de JunMyeon— el menor se paró de su asiento y se despidió de su amiga ya que tenía muchas ganas de dormir, no había pegado un ojo a la madrugada.
El bus abrió sus puertas y JungKook dió un pequeño brinco bajando al cordón de la vereda mientras sujetaba las cuerdas de su mochila. Tenía que caminar varias cuadras hasta llegar a su casa en plena noche así que se abrazó a si mismo para guardar un poco de calor.
—¿Sigues teniendo esperanza?— preguntó TaeHyung mientras trataba de no pisar las líneas de las baldosas junto con JungKook.
—Sí, por supuesto— contestó— Aún no le he perdido, faltan terminar los grimorios y ver los otros dos que faltan. Estoy confiado de que algo nos pueda ayudar.
—Sí yo llego...— quiso decir TaeHyung y al ver qué JungKook estaba esperando a que continuase de hablar solo sacudió su cabeza y dijo— Olvídalo, no es nada.
Hubo un silencio y ambos chicos llegaron. La puerta de la casa raramente estaba abierta y lo primero que JungKook vió es a su mamá sentada en el sofá visiblemente algo molesta.
—¿Mamá? ¿Qué ocurre?— preguntó el menor dejando las llaves al lado del televisor y sentándose al lado de ella.
—Sube a la habitación, JungKook.— respondió la madre en un tono autoritario que hizo que el menor frunciera el ceño y TaeHyung se quedase congelado al lado de la entrada.

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𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
FanfictionGanadora de los #TaeKookAwards2020 JungKook era el encargado de pasar a almas al cielo. Bueno, quizás ese término suene espeluznante pero no lo es desde la perspectiva del menor. Sin embargo, un día conoce a una de las almas llamado TaeHyung, un chi...