Capítulo 48

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En todo el camino hacía el jardín del hospital JungKook se sentía la peor basura del mundo. No quería seguir avanzando, quería abrir sus ojos de esa pesadilla pero era la realidad.

El castaño recordó al entrar, aquél día en el que TaeHyung encontró el trébol de cuatro hojas y lo colocó en su collar. Una dolida sonrisa se dibujó en su rostro y miró a San de reojo. Ambos chicos se sentaron en el mismo banco de aquél día y JungKook comenzó a temblar como si de un click fuese.

—¿Ocurre algo?— preguntó San y lo miró preocupado cuando vió a JungKook morderse los labios.— Me estás asustando, dime qué pasa.

El castaño cerró sus ojos y respiró hondo, en su estómago se había formado un hueco y en su garganta un nudo que no se iban a ir si él no hablaba. San colocó su mano sobre la del contrario.

Pero JungKook la retiró lentamente haciendo que frunciera el ceño.

—Lo siento.— fue lo primero que dijo JungKook y San alzó una ceja confundido y a la vez preocupado por la expresión dolida del otro.— San, lo siento mucho.

—¿Qué sientes?— preguntó San con preocupación y las alarmas en su cabeza se prendieron haciendo que se acomodara en el banco.— ¿Puedes ser un poco más claro?

—Y-yo... yo no puedo sentir...— comenzó a decir JungKook mientras sentía su corazón estrujarse por la expresión de confusión de San.— lo mismo que tú por mi— concluyó el castaño y hubo un silencio en el cuál JungKook bajó la mirada llena de lágrimas, otra vez.

—¿E-era eso lo que intentaste decirme en el parque?— balbuceó San y JungKook alzó la mirada asintiendo, viendo como el rubio suspiraba profundamente, pero no mostraba enojo, no mostraba dolor, no mostraba nada y eso le estaba comiendo la cabeza a JungKook.

—Dí algo, por favor.— susurró JungKook y quiso por primera vez, que Mingi apareciera y le diera una golpiza por herir el corazón a una persona tan amable como San.

—Lo presentía.— murmuró el rubio— Estabas extraño, tus ojos habían perdido el brillo cuando me mirabas. Evitabas mis miradas y eso me llamó la atención. Sin embargo, agradezco que me lo hayas dicho, JungKook. Que hayas pensado primero en no ilusionarme más y dejarme ir.

JungKook comenzó a derramar lágrimas y San apretó sus labios.

—Lo siento, yo... quizás confundí sentimientos y te hice daño, tú mereces lo mejor del mundo. Mereces ser feliz, San.— dijo JungKook e hipó.— No me perdones, no quiero que me perdones, no me lo merezco. Ni siquiera debes tener el beneficio de la duda para conmigo, solo quería que lo supieras porque me lo estaba guardando y eso me estaba haciendo mal...

—Esta bien, no te preocupes.

JungKook alzó la mirada sorprendido y le dolió con la naturalidad que se lo había tomado San, así que se levantó del banco y lo miró a los ojos.

—¿Qué no me preocupe? ¡San, te hice daño, te ilusioné pensando que realmente sentía algo por ti y me duele que te haga esto!— exclamó JungKook y San se levantó también.

—¿Qué quieres que haga? ¿Obligarte a amarme? — preguntó el rubio y JungKook guardó silencio.— ¿Quieres que te fuerce a estar conmigo? No lo haré, JungKook. ¿Quieres que me vaya de tu vida? Bien, lo haré, pero al menos fuiste sincero conmigo y eso lo agradezco. Fuiste claro y conciso con tus sentimientos y eso no cualquiera lo hace.

JungKook mordió su labio inferior y su vista se nubló de lágrimas, impidiendo ver a San por un momento.

—Me asusta que te lo tomes a la ligera, San.

—No me lo tomo a la ligera, quizás mi corazón estaba preparado para esto, pero veo que no. Hay algo que necesito saber, algo que me está comiendo la cabeza ahora.— dijo San y JungKook retrocedió cuando el contrario avanzó.— ¿Llegaste a sentir algo por mí en algún momento?

—Ni siquiera lo sé, San.— susurró el castaño y San asintió lentamente mientras sentía como sus ojos empezaban a picar, pero lo aguantó.

—¿Tienes algo más para decir?— preguntó y JungKook asintió.

—Siento haberte ilusionado, San. Lo siento mucho.— susurró JungKook y sollozó apretando sus labios.— Cuídate, sabes que te apre...

—No lo digas si no lo sientes, JungKook.— murmuró San y JungKook cerró sus labios mirando al suelo.— No me mientas en la cara.

—Lo siento.— concluyó JungKook y comenzó a correr con lágrimas calientes cayendo por sus mejillas fuera del jardín, pasando por los largos pasillos, pasando el spa en dónde conoció San, pasando por el pasillo de emergencias, dónde estuvo con TaeHyung. Ese hospital parecía que era parte de su vida.

Salió del hospital y corrió hasta el estacionamiento, entrando al auto de EunBi rápidamente. Ambos conectaron miradas y la castaña lo abrazó, mientras escuchaba sollozar a JungKook.

—¿Pudiste?

—Sí, pero siento que le hice el doble de daño ahora. Siento que jamás me perdonará y vivirá odiandome, de saber que yo sentía algo por TaeHyung...

—Tú no sabías, JungKook. Te diste cuenta demasiado tarde, y eso te jugó en contra.— dijo la mayor y el castaño limpió sus lágrimas.— Eres un desastre, JungKook.

—Lo sé.— respondió JungKook.— Le hice daño a dos personas que quería mucho y eso me está matando por dentro, EunBi. Me odio, me odio. Quiero desaparecer ahora, quiero cerrar mis ojos y olvidarme que herí dos corazones, que herí a alguien que es un amor de persona, y que viví hiriendo a otra sin que yo me diese cuenta. Me duele el pecho, necesito algo que pare esto, no me gusta como me estoy sintiendo.

—Estoy aquí, JungKook.— susurró la castaña mientras acariciaba el cabello de JungKook— Dije que iba a sostenerte si te derrumbabas, dije que te iba a regañar si hacías algo mal, dije que me quedaría a tu lado si todo el mundo estaba en tu contra.

—No sé cómo me toleras, EunBi.

—Eso hacen los mejores amigos, eso es lo que deberían hacer todos.






















¡Holass!

Un capítulo para odiar a JungKook, siksi.

Espero que les haya gustado este capítulo, gracias por su apoyo. Se los quiere mucho.

Se despide Cami.

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora