Ambos chicos entraron al edificio de la mano y se miraron desde la poca distancia que separaba sus departamentos sonriendo para luego entrar a su respectivo hogar.
JungKook cerró la puerta detrás de él oliendo las rosas y sonrió al recordar todo lo que había pasado esa noche. Dejó estas sobre la barra y prendió la luz del living encontrando a TaeHyung tendido sobre la alfombra en el suelo frente al sofá mirando el techo sin ninguna expresión.
—Tienes un sofá para dormir, TaeHyung.— dijo JungKook riendo y el mayor no le respondió. Así que el castaño se arrodilló al lado suyo y se le quedó viendo curioso.
—Tengo hambre.— respondió TaeHyung haciendo un pequeño puchero mientras JungKook se dirigía hacía el refrigerador.
—Pues come algo de aquí.— dijo JungKook abriendo el refrigerador, sacando las sobras del arroz con kimchi. Hubo un silencio y el menor volvió a ver a TaeHyung mientras este se sentaba en la alfombra.— ¿Qué ocurre?
—He vuelto a traspasar los objetos.— respondió TaeHyung y JungKook frunció el ceño metiendo el arroz con kimchi en el microondas.
—Pero...— comenzó a decir JungKook y mordió su labio inferior.— ¿Así de la nada?— TaeHyung asintió y el menor se sentó frente al peliazul— Eso es raro.
—Lo sé— contestó TaeHyung y ambos chicos giraron su cabeza cuando el microondas comenzó a sonar.—, creo que tendré que aguantarme el hambre por hoy, quizás mañana pueda volver.
JungKook mordió su mejilla interior y abrió su refrigerador tomando el gimbap que anteriormente EunBi le había regalado. Tomó unos palillos de los cajones de la cocina y se sentó frente al peliazul.
—Abre la boca— dijo el menor y TaeHyung lo miró atónito—, te daré de comer.
El peliazul entreabrió sus labios de a poco y JungKook tomó con uno de los palillos un gimbap para meterlo en la boca del contrario.
—Creo que será así ahora.— dijo JungKook mientras veía masticar al mayor, sus mejillas rellenas le hacían recordar a una ardilla.
—Me agrada la idea.— respondió TaeHyung rápidamente mirando al suelo y JungKook ladeó la cabeza— Nada, tú solo sígueme dando de comer.
Entonces JungKook golpeó con los palillos la cabeza de TaeHyung y este soltó una carcajada, mientras lo miraba fijamente.
—¿Entonces son novios?— preguntó EunBi juntando sus manos sobre la barra de la librería.
—Sí, así son las cosas.— respondió JungKook mirando con timidez sus zapatos— También me hiciste recordar que no puse en agua las flores que me dio, cielo santo.
—¿Sabes lo que significa no?— preguntó EunBi acomodando su flequillo— ¿Se lo has dicho?
—Cuándo nos encontramos, olvidé hablarle del tema. Pero prometo decirle lo más pronto posible, que he encontrado otra vez la manera de que descanse en paz.— respondió JungKook y un tirón del hilo se hizo presente haciendo que frunciera las cejas confundido.
—¿Ocurre algo?— preguntó EunBi y JungKook rascó su nuca.
—Es como si todo cuadrara— dijo en un susurro JungKook— él hace una semana ha dejado de sentir los objetos, tuve que darle de comer gimbap porque él traspasaba todo objeto que tuviese en frente.
EunBi alzó una ceja y una sonrisa se asomó por la comisura de sus labios.
—Entonces tenemos un cincuenta porciento de probabilidad de que esta sea la solución, JungKook. Tú sientes algo por San y él por ti.— la castaña hizo una pausa intentando atar cabos— Solo hay que hacer la prueba.

ESTÁS LEYENDO
𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
FanfictionGanadora de los #TaeKookAwards2020 JungKook era el encargado de pasar a almas al cielo. Bueno, quizás ese término suene espeluznante pero no lo es desde la perspectiva del menor. Sin embargo, un día conoce a una de las almas llamado TaeHyung, un chi...