Cuándo JungKook despertó, TaeHyung no estaba.
Estaba solo en la habitación. Sus padres y EunBi tardarían en llegar por cuestiones de trabajo pero estarían allí haciéndole compañía lo que quedase de día. Así que digamos que toda la mañana y tarde JungKook estaría solo. Completamente solo.
La mañana había amanecido fresca y nublada. El menor se dedicaba a caminar por los pasillos sin rumbo alguno, mirando por las pequeñas ventanas a pacientes. Algunos estaban solos como él y otros estaban con familiares dormidos en el sofá, así que se dispuso a caminar nuevamente hacía el jardín que en la madrugada visitó con TaeHyung, no sin antes comprar de la máquina dispensadora de bebidas calientes un té.
Cuándo TaeHyung había terminado de llorar, no volvió a hablar en lo que restaba del camino a la habitación de JungKook. El menor podía sentir su presencia hasta que se quedó dormido y cuando despertó no había ni rastro de él, cosa que no sintió importante ya que probablemente TaeHyung intentó traspasarlo y lo logró. Así que quizás el problema se había solucionado.
Sus manos tomaban una taza de té humeante mientras lo soplaba y caminaba hacia el mismo banquito de madera. Sus pies estaban algo helados ya que cuando él dormía tenía la costumbre de quitarse los calcetines y amanecer sin ellos, y hoy no era la excepción. No estaba solo. Habían más pacientes con suero acompañándolos, otros con yesos en sus brazos y pies. En fin, habían muchos pacientes afuera.
Sintió la presencia de otra persona sentándose al lado suyo pero no se giró a ver. El menor solo se disponía a masajear un poco su hombro para calmar los dolores que le daba si quiera moverlo un poco. Su costilla de a muy poco se mejoraba pero estaba ilusionado de poder recuperarse pronto con la ayuda de los doctores.
—... y por eso es que mí madre no me deja tocar la cocina.— escuchó una voz hablándole pero la escuchaba muy lejana, como si estuviese a metros y metros de él.— Oye. ¿Me estás escuchando?
—¿Oh?— dijo JungKook mientras se giraba a ver al chico que estaba al lado suyo. Su cabello era rubio ceniza y su piel estaba algo pálida.— ¿Quién eres?
—Soy San— respondió el chico mientras le sonreía y le ofrecía su mano para estrecharla pero JungKook estaba tan metido en sus pensamientos que el mismo San tuvo agarrar su mano y estrecharla con la de él.— ¿Hola?
—Sí. Hola San— dijo JungKook y sacudió su cabeza para concentrarse en lo que hablaba el chico— ¿Me estabas hablando?
—Oye, hasta que te das cuenta. Ya pensé que estaba hablándole a la nada— JungKook apretó sus labios y miró al suelo recordando a su madre diciéndole lo mismo cuando hablaba con almas.—, olvídalo. ¿Cómo te llamas?
—Me llamo JungKook.— respondió el menor mientras quitaba la flor marchita y aplastada de su pequeño bolsillo del camisón.— ¿Cómo llegaste aquí?
—Tuve un accidente con mí motocicleta y me rompí una pierna— respondió San mientras hacía una mueca de disgusto mientras tomaba su bota y la señalaba.— ¿Y tú?
—Me golpearon salvajemente— respondió JungKook y rascó su nuca— pero me estoy mejorando, si...
Hubo un silencio.
—Oye. Este lugar es muy aburrido, el olor a anciano se me esta impregnando.— JungKook quiso reír pero había una anciana tomando sus pastillas a no muchos metros de ellos asi que solo tapó su boca— Ven. Sígueme, se de un lugar en dónde los demás lo pasan bien.
—¡¿Un spa?!— preguntó asombrado el castaño y San asintió subiendo y bajando sus cejas.— ¿C-cómo es que no me he dado cuenta de esto?
—Pues...— comenzó a decir San— es cómo un lugar privado, solo personal con problemas de discapacidad pueden entrar pero nosotros no somos descapacitados.
JungKook quiso hablar pero solo quedó con la boca abierta ya que San lo interrumpió nuevamente.
—Sin embargo, personas como nosotros que sufrimos cosas horribles tenemos permitido entrar aquí— JungKook se sentó lentamente en una de las camillas y se quedó mirando las velas prendidas que había en el pequeño cuarto.— Allí, hay unos baños para cambiarse. Las masajistas están en descanso, así que cambiate rápido, seré tu masajista.
JungKook se metió a los baños y se puso una bata de color crema para luego meterse en una de las camillas tapándose en boxer y cerrando sus ojos mientras escuchaba algo caliente acercándose.
—Oye, oye— dijo JungKook y miró por detrás a San que tenía una pinza con una piedra humeante— ¿Que es eso?
—Una piedra. — respondió San y JungKook rodó los ojos— Tranquilo, está fría. No te hará daño una piedra.
A medida que la piedra se iba acercando el menor sentía más calor cosa que alarmó a su sistema nervioso haciendo que se moviera bruscamente.
—¡Oye!— gritó JungKook alarmado— ¡Esa piedra no esta fría, estaba hirviendo, idiota!— San se espantó tanto al escuchar eso que dejó caer la piedra nada más y nada menos que en el principio de la nalga de JungKook haciendo que gritase del dolor.
¿Qué que ocurrió luego? Bueno...
Tuvieron que ir a la enfermería y pedir que le pusieran una pomada en la nalga a JungKook mientras este se quejaba a cada rato que le dolía. San lo miraba desde una esquina aterrorizado mientras sujetaba con fuerza sus muletas.
Una vez que salieron San acompañó a JungKook a su habitación en silencio mientras este solo gruñía del dolor que le producía caminar. San se despidió de JungKook con una sonrisa tímida y el castaño se acostó en su cama mientras de su boca salían puros quejidos.
Escuchó un carraspeo y miró al sofá de al lado de su cama, a TaeHyung mirando una revista. Pero no se saludaron, la habitación solo estaba en silencio y ya era hora de que sus padres y EunBi llegasen pero estaban tardandose.
—¿La pasaste bien?— preguntó TaeHyung y corrió con su dedo índice la página siguiente de la revista que estaba viendo. JungKook alzó la mirada y respondió.
—No. Tengo una nalga quemada, idiota.— respondió JungKook y cerró sus ojos mientras suspiraba porque pensaba que realmente TaeHyung estaba descansando en paz.
—¿Te pusieron pomada?— preguntó el peliazul riendo mientras JungKook entrecerraba los ojos y TaeHyung bajaba la revista de golpe riéndose con más ganas.
El menor tomó la almohada que tenía detrás suyo y se la lanzó en el rostro mientras escuchaba la risa de TaeHyung.
Haciendo que sintiese ese tirón.
¡Hola!
Espero que les haya gustado.♡
Se despide Cami.
𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©
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𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
Fiksi PenggemarGanadora de los #TaeKookAwards2020 JungKook era el encargado de pasar a almas al cielo. Bueno, quizás ese término suene espeluznante pero no lo es desde la perspectiva del menor. Sin embargo, un día conoce a una de las almas llamado TaeHyung, un chi...