Capítulo 20

9.1K 1.7K 739
                                    






Lo que esperaba JungKook era ver una larga escalera blanca, como la creencia popular pero no fue así. El lugar era algo distinto, era completamente blanco y el menor parecía escuchar voces a lo lejos, así que miró con algo de emoción a TaeHyung y tomó la muñeca comenzando a correr junto con el peliazul.

Sus pisadas parecían hacer más eco que las voces, pero eso fue de lo menos que se dieron cuenta cuando vieron a grupos de personas hablando entre sí. Había algo que no concordaba con lo que decía el papel, se supone que verían solo a su familia, no a las demás almas.

—Debes buscar a tu madre.— dijo JungKook soltando la muñeca del mayor y este mordió sus labios mirando hacía todas direcciones, las personas que estaban allí miraban con confusión a los dos chicos, tanto que el menor miró a uno de ellos, que le hablaba a otra alma mirando la mano del menor.— ¡TaeHyung, nos están mirando!...

El mayor alzó una ceja mirando a todas las almas y las observó con detalle. Estas no llevaban alas, eran como si desconocieran eso y hablaban todas a la vez. Sus prendas de ropa eran normales, cosa que llamó su atención completamente.

—¡JungKook m-mira tu mano!...— el castaño se giró a verlo e hizo caso al peliazul mirando su extremidad.

El maldito hilo rojo se podía ver.

Sus mejillas comenzaron a calentarse y mordió sus labios con desesperación, ya que el hilo conectaba con el dedo meñique de TaeHyung, y era lo único que resaltaba entre tanta blancura.

—¡Busca a tu madre, yo buscaré a mis abuelos, nos encontraremos aquí otra vez, cerca de la puerta!— fue lo último que dijo JungKook alzando su voz antes de comenzar a caminar con rapidez con todos los tonos de rojos posibles y por haber en su rostro.

¿El cielo era tan aburrido o solo era imaginación de JungKook?. Porque no estaban las rejas de color negro y no había ninguna bendita nube, era todo blanco. Quizás las almas que estaban allí sí conocían el cielo y ellos dos no podían verlo, ya que ambos teóricamente no están muertos.

Era incómodo, porque a medida que el menor caminaba la multitud de almas estas dirigían la vista hacia su mano y este solo maldecía internamente por no traer un abrigo para cubrir su rostro. El lugar a pesar de ser blanco, no parecía tener final y había centenares de almas hablando a la misma vez. Haciendo que JungKook sienta algo de discordia por todo el ruido que había.

Extrañaba a sus abuelos, así que trató de buscarlos entre tanta gente pero no podía encontrarlos. Se encontró con almas jugando al ajedrez, cosa que le hizo gracia porque parecían las únicas almas que estaban en silencio planeando su próximo movimiento en el tablero.

—¡¿JungKook?!— el menor tenía la audición tan ocupada que solo pudo escuchar como un murmuro a lo lejos, así tuvo que ponerse de puntillas para ver si encontraba a sus abuelos. Así que cuando reconoció dos cabelleras blanquecinas sonrió y comenzó a correr hacia ellas.

—¡Abuela! ¡Abuelo!— gritó JungKook y le sonrió a los pocos metros que los distanciaban, que el menor no tardó en acortarlos y abrazar con una gran sonrisa a los dos ancianos.

—Mi niño— dijo la abuela de JungKook mientras le daba un pequeño beso en la frente y acariciaban su cabello—, oh... veo que viniste con tu alma gemela.

El menor se separó desconcertado y su abuela tomó su mano señalando el hilo que estaba unido a su dedo meñique. JungKook apretó sus labios y miró detrás de él, pero la cantidad de almas allí era infinita y localizar una cabellera azul era un trabajo difícil.

—No es mi alma gemela, abuela.— respondió JungKook mordiéndose la mejilla interna y abrazó a su abuelo mientras decía eso.— Hola abuelo, ¿Cómo han estado?.

—De maravilla, hay mucha paz aquí arriba. Me gustaría que te quedases todo el tiempo que quieras pero sé por el procedimiento que tuviste que pasar.— JungKook alzó una ceja.

—¿Acaso ustedes pueden verme desde aquí?— preguntó.— Me siento acosado— dijo el menor tapando todo su cuerpo con las manos.

—Sí— respondió el abuelo de JungKook riendo y palmenadole el hombro— Vemos todo, y quisiéramos saber cuál es tu relación con aquel chico.

El menor alzó ambas cejas y abrió su boca para hablar pero sintió un tirón del hilo y miró detrás suyo. Creo que era momento de irse, el menor comenzaba a sentir dolor en las palmas de sus manos.

—Él es un alma que quedó estancada, y no puede traspasarme abuelo.— respondió JungKook— estamos conectados por este hilo y al parecer puedo sentirlo y puede sentir los objetos.

Ambos abuelos de JungKook se miraron por unos segundos y específicamente la abuela del menor tomó las manos de este y lo miró a los ojos.

—Ay mi niño, hay algo de lo que no te estas dando cuenta y está frente a tus ojos.— el menor sintió como un balde de agua fría cayó sobre él debido a tal noticia y solo quedó callado— Ahora ve, creo que es hora de que vuelvas a casa.

—Lo haré.— dijo JungKook algo distraído por lo que le había dicho su abuela y abrazó a sus abuelos con tanto cariño que le dolían los brazos.

—¡JungKook!— el menor giró y vió a su abuelo sonriéndole— ¡Dile que no tienes ninguna baguette en la cocina, mentiroso!— el castaño rió y rodó los ojos mientras comenzaba a caminar hacia atrás mirando a sus abuelos.— ¡Toma esto!— y en sus manos cayó con gran puntería de parte de su abuela una cadenita, con un corazón hecho de una perla.

—¡Los amo!— gritó JungKook y comenzó a correr con la cadenita en su mano hacía la puerta.

Allí se encontró con TaeHyung con los ojos rojos y la madre de este que al conectar miradas se dieron un cálido abrazo mientras la madre del peliazul le susurraba al oído.

—Cuida a mí niño, JungKook.— dijo y el menor sintió un cálido sentimiento en el pecho que le hizo preguntar.

—¿Por qué lo dice?— la madre de TaeHyung acarició su cabello con cariño y le volvió a susurrar.

—Ya verás de lo que hablo, pequeño.— fue lo último que dijo y el alma de la madre de TaeHyung se perdió entre la multitud.

Ambos chicos se miraron y suspiraron a la vez haciendo que sonriesen por la sincronía.

—C-Creo que hay que volver a casa.— el menor abrió la puerta y ambos sintieron la misma sensación del sueño en el que caes de un edificio, el mismo vértigo.

Hasta que abrieron los ojos.

El peso de TaeHyung cayó sobre el pecho de JungKook, haciendo que el peliazul terminase a una distancia muy corta del menor mientras ambos sentían un sonrojo en sus mejillas.

Ambos se miraron a los ojos por tal cercanía que hacía que ambos chocasen sus narices.

Pero no tardaron en separarse.






¡Buenas!

¿Qué creen que le quiso decir la abuela y la madre de TaeHyung a JungKook?

Espero que les haya gustado.

Los quiere mucho, Cami.

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora