Capítulo 41

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—Una última vez, JungKook.
— murmuró mientras tomaba la pequeña navaja de su padre y su pulso comenzaba a acelerarse— U-una última vez.

Sus ojos aún no paraban de derramar lágrimas, pero eso fue lo menos importante. Su mano comenzó a temblar y trazó con la navaja una línea recta sobre su palma, haciendo que esta empezara a teñirse de rojo. Repitió la misma acción mientras apretaba sus labios y cerraba sus ojos ignorando el dolor por completo, al menos eso le salía bien.

Hizo puño sus manos y cerró sus húmedos ojos tembloroso.

La misma oscuridad lo acompañaba, otra vez. Sus pies avanzaron y sus manos encontraron la puerta más rápido que las otras veces en la que había estado aquí. Así que la abrió encontrándose con el centenar de almas, otra vez.

Pasó por todos ellos, mientras poco le importó que todos se le quedaran viendo por el hilo rojo que sujetaba su dedo. Estaba buscando a la madre de TaeHyung, necesitaba hablar con ella urgentemente.

—Ha pasado un tiempo, JungKook.— la voz de la madre de TaeHyung hizo que se girara sobre sus talones encontrándose a esta sentada en uno de los bancos.

—S-sí, yo...— empezó a decir JungKook mientras se sentaba al lado de ella pero lo interrumpió.

—Escuché la conversación— murmuró y JungKook sorbio su nariz—, mí hijo es valiente en confesar sus sentimientos. Sabiendo que tú sientes algo por alguien más, creo que pocos lo harían.

El menor mordió su labio inferior inhalando hondo, ya que empezaba a sentirse mareado por tanto llorar.

—Mi abuela me advirtió de esto, y yo no le hice caso.— susurró el menor y la madre de TaeHyung lo miró frunciendo el ceño.— Lo siento.

—No hay nada de que disculparse, JungKook.— contestó ella y el menor miró al suelo— No puedes pedirme disculpas porque mí hijo sienta algo por ti, es absurdo. Y sobre lo de tu abuela, ¿Qué te dijo específicamente?

—Dijo que quizás habia una manera de ayudarlo, pero que no sabía si terminaría bien.— comenzó a hablar JungKook.— Era yo sintiendo algo por otra persona y que esa sintiese algo por mí, me advirtió que ese hilo nos une sentimentalmente por lo cuál alguien podría salir lastimado y yo al ser el único vivo podría romperlo y que él pudiese descansar en paz con usted, pero esa no resultó ser la solución. Fuí rápido escuchar pero fuí lento en comprender que eso tenía consecuencias, y no culpo a mí abuela. Ella tampoco estaba segura pero sin embargo, aportó su granito de arena en mí investigación.

—¿Entonces? ¿Tienes a dos chicos enamorados de ti?— preguntó la madre de TaeHyung alzando una ceja y JungKook miró al suelo.— Escucha, pase lo que pase sigue a tu corazón. No dejes que lo que digan los demás, te nublen la vista.

JungKook le sonrió débilmente.

—... también sé lo que decidió mí hijo, sé que prefiere estar contigo. Y lo entiendo, él te quiere y no me meteré con ello. Así que no vale la pena continuar, respeta su decisión.— concluyó y JungKook asintió lentamente.

—De alguna forma, haré que él se despida de usted adecuadamente.— dijo convencido el menor y la madre de TaeHyung tomó sus manos mirándolo a los ojos.

—Dejalo así, no hay problema.— apretó sus manos delicadamente y JungKook sorbio una vez más su naríz— Sé que en algún momento nos volveremos a ver.

JungKook miró sus manos borrosas y con el ceño fruncido abrió sus ojos confundido por lo último que había dicho la madre del peliazul.

¿Qué habrá querido decir?


Una de las puertas del gabinete de vidrio del baño se cerró lentamente. JungKook miró su reflejo y se asustó al ver cómo su rostro empezaba a verse pálido.

Miró el frasco de pastillas para dormir de su madre sacudirse por sus manos temblorosas y tragó saliva mirando su reflejo nuevamente.

—¿Cuántas se toma mamá para dormir?— susurró para si mismo el menor y abrió con cuidado el frasco— Creo que dos serán suficientes— sacudió el frasco dejando caer dos en las palmas de sus manos vendadas y las echó en su boca para luego llenar un vaso de agua y tragárselas.

Salió del baño lentamente y se acostó boca abajo mirando el suelo de la habitación. Necesitaba dormir, al menos eso. Mañana sería otro día, y quería que ese sentimiento se fuera al dormir.

Así que cerró sus ojos esperando a que las pastillas hicieran efecto.


JungKook le dió un pequeño mordisco a la manzana que fue más un raspón a esta y EunBi acarició su cabello.

—Necesito que comas, por favor.— musitó la castaña mientras hacía que JungKook apoyase la cabeza sobre su hombro.— Esto es horrible, lo sé. Pero hay que detenernos un momento en dónde estamos y pensar con claridad lo que queremos hacer, así que solo come la manzana y date un baño. Quiero llevarte a un lugar.

JungKook mordió suavemente la manzana otra vez mientras miraba al suelo y luego de que viera a EunBi entrar al baño, tiró la manzana en el cesto de basura. Su cabeza era un lío en el cual nadie podía entrar, y quería alejar a todos de si mismo. Pero sabía perfectamente que San, EunBi y JunMyeon estarían ahí para él.

Cómo también TaeHyung.


Sus pies salieron del auto de EunBi y el menor reconoció la plaza a la que iban cuando eran niños. Un intento de sonrisa se dibujo en su rostro y observaron los columpios del patio trasero—que a pesar de estar viejos— aún se veían funcionando.

Ambos se sentaron en un columpio y comenzaron a columpiarse lentamente en silencio. El silencio en ese momento era glorioso para JungKook, necesitaba desechar ese horrible sentimiento que lo perseguía.

—Lo hiciste otra vez.— afirmó EunBi mirando las manos de JungKook.

—Es la última vez que lo haré.— respondió JungKook y miró como las vendas tenían sangre seca.— Dejaré de ir allí.

—TaeHyung está dispuesto a quedarse a tu lado, JungKook.

JungKook la miró y apretó sus labios.

—¿Pero tú estás dispuesto a quedarte a su lado?















¡Holass!

Ufff, capítulo tenso. Si ustedes fueran JungKook ¿Qué harían en su lugar? Comenten acá.

Espero que les haya gustado el capítulo, se los quiere mucho.

Se despide Cami. xoxo

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora