Capítulo 53

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Vieron entrar a San a la habitación y EunBi miró a JunMyeon algo sorprendida.

—Me sorprende que apesar de tener el corazón herido, se preocupe por él.— murmuró la castaña y JunMyeon se cruzó de brazos.— Es un chico verdaderamente impresionante.

—Quiere a JungKook, y se nota demasiado. No le importó si había tensión o conflictos entre ellos, puso primero la salud de JungKook por encima de eso.— EunBi entrelazó la mano con el pelinegro y se quedaron mirando a San, mientras este tomaba las manos del castaño.

—Vamos JungKook, despierta.— susurró la castaña mientras miraba por el ventanal.




San miró con preocupación a JungKook al entrar y se sentó frente a él tomando sus manos vendadas, que al verlas estás estaban algo manchadas por sangre. Pero las habían cambiado por unas nuevas, ya que se las había mojado en la ducha.

—¿Qué es lo que ocurre contigo, JungKook?— preguntó San tragando saliva.— ¿Cómo es que no ves la escala de gris? Para ti es todo o nada... Siento haber desaparecido de tu vida así como así, no entiendo cómo me estoy disculpando apesar de que me hiciste daño, te perdonaré si despiertas pero no vuelvas a asustarme de esta manera, casi me atraganto con los spaghettis al enterarme.— el rubio soltó una carcajada y continuó— Supongo que te debo siquiera una pequeña explicación de que fue mí vida... me mudé lejos de la universidad, dejé de recurrir a la librería porque no quería verte, si te soy sincero. Estaba tan enojado contigo que el enojo nublo mí vista, y ahora entiendo porque te disculpabas tanto, temias que te odiara pero jamás haría eso. JungKook pudiste ser mí primer amor, pero jamás te odiaré en mí vida. Te quiero demasiado como para odiarte, y quiero que entiendas eso. No debes angustiarte por mí jamás, debes despertar y comenzar de nuevo como yo lo hice... y quiero que entiendas que apesar de que pasó lo que pasó, siempre te tendré en mí memoria. Y aunque no me hayas respondido concretamente aquella vez que te pregunté si me amabas, supe que ese brillo en tus ojos me demostró que en ti siempre hubo cariño hacia mí, fuí querido y te amé, creo que fue suficiente para mi. Quiero que despiertes y que veas el mundo de otra manera, quiero que sepas que apesar de que estoy lejos siempre estarás en mí corazón y su necesitas algo solo basta una llamada y estaré viajando hacia ti, porque te quiero, JungKook.

San apretó las manos suavemente del castaño dos veces y suspiró para luego dejar un beso sobre la coronilla de JungKook para luego salir de la habitación y mirar a EunBi junto con JunMyeon entrelazando sus manos.

—Cuiden mucho a JungKook.— murmuró San e hizo una pequeña reverencia— Lo necesitará mucho.

—¿Tú que harás?— preguntó EunBi antes de que se girará para irse.

—Pasaré la página, EunBi.— respondió el rubio y les sonrió para luego desaparecer de sus campos de visión.

—Creo que ese chico es genial.— dijo JunMyeon apoyando su cabeza sobre el hombro de EunBi— JungKook se sentirá tranquilo cuando se entere de que lo perdonó. Y eso será el primer paso, EunBi.

—Ese será el primer paso.— susurró la castaña acariciando el cabello del pelinegro.






—Necesitas comer este kimchi que preparó la abuelita de JunMyeon.— dijo EunBi tomando un poco del kimchi ofreciéndole a JungKook mientras este entreabria sus labios.

—Creo que ya comí demasiado...

—Shh.— lo cayó JunMyeon mientras procuraba que las servilletas de la mesa no se volaran por el frío de afuera.— Debes comer, ha pasado un mes desde que saliste del hospital y aún te ves flaco.— hubo un silencio incómodo y JungKook carraspeó.

—Tenía pensado viajar.— dijo de repente el menor y EunBi alzó la mirada de su móvil.— Los tres.

—Estamos en plenos finales, JungKook.— contestó EunBi y rápidamente JunMyeon pellizcó la pierna de la castaña por debajo de la mesa.— ¿A dónde quieres ir?

—No lo sé aún... quiero que sea especial para los tres, creo que nos debemos un descanso de todo esto. Luego de viajar nos concentraremos en nuestras carreras y nada más, será nuestro último pequeño descanso.

—Me gusta la idea.— dijo JunMyeon y EunBi asintió.— ¿Quién decide?

—Yo yo— dijo JunMyeon con las mejillas llenas de comida.— Quiero ir a la isla Jeju, ustedes tenían planeado ir pero jamás pudieron. Creo que es momento de cumplir eso.

—Es cierto.— susurró JungKook y miró sorprendido a EunBi— dijimos que íbamos a ir pero terminamos yendo a New York por mí cumpleaños.

—Entonces a armar maletas.— dijo EunBi alzando el vaso con soju, para luego ver cómo los dos chicos la imitaban.— Por nuestro viaje.

—¡Salud!— dijeron a la misma vez y JungKook le dió un sorbo mirando a las estrellas con nostalgia.








EunBi había terminado de hacer unos apuntes para los finales, luego de haber viajado con su novio y su mejor amigo a la isla. Su cabeza estaba apoyada sobre el escritorio de la casa de JungKook, mientras que este estaba boca abajo en la cama llena de apuntes.

Entonces la castaña miró los grimorios que estaban a un lado del escritorio y abrió uno lentamente poniéndolo sobre sus piernas. Recorrió las páginas, hasta encontrarse con la del hilo rojo nuevamente haciendo que el corazón se le estrujara un poco.

Leyó nuevamente el fragmento que había leído en la casa de JunMyeon y frunció el ceño un poco.

Solo las personas destinadas llevan atado este hilo en su dedo meñique, ningún otro ser de otra dimensión puede tenerlo.

—Ningún otro ser, ningún otro ser.— repitió la castaña y abrió una nueva pestaña en Google algo confundida.— TaeHyung era un alma, JungKook también es un alma...— susurró la castaña y miró detrás a su amigo dormir plácidamente— TaeHyung estaba en coma... y desapareció cuando JungKook comenzó a sentir algo por él... TaeHyung tenía un traumatismo craneoencefálico, no había registro de su muerte por ninguna parte...

Tecleó en el buscador la teoría del hilo rojo y susurró leyendo un comentario de un blog, hablando del tema.

Existe la teoría de que las personas destinadas, al conocerse, suele, solo una de las almas, desaparecer. No siempre pasa, solo en el caso de que una de ellas se encuentre en estado en cual su cuerpo no reaccione o no se encuentre bien físicamente.

EunBi pareció despabilarse cuando sus ojos se abrieron rápidamente y susurró luego de ahogar un grito de sorpresa.

—TaeHyung nunca murió...














¡Holass!

Un capítulo que me hace saltar de la emoción, en serio.

Espero que les haya gustado el capítulo, gracias por el apoyo siempre, se los quiere.

Se despide Cami.

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora