Capítulo 09

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JungKook nunca había comido algo que le haya hecho sentir que su estómago se retorciera con tal ferocidad, tenía un mal presentimiento.

San estaba con ellos. Su cabello rubio desarreglado robaba la miradas de varias chicas que pasaban por las mesas que habían al final de la feria pero él solo miraba a JungKook mientras este trataba de tragar el último trozo de pancake.

El menor miró a sus costados pero no logró divisar la figura de TaeHyung. Sintió un tirón nuevamente y mordió su labio inferior, nunca se había sentido así. Así de desesperado por saber que demonios le estaba pasando al peliazul y el por qué de su silencio, y aquella mirada.

EunBi parecía tratar de adivinar los sentimientos del menor pero lo único que logró fue que un suspiro saliese de sus labios y se levantase para tomar su muñeca.

—Gusto en conocerte, San.— dijo EunBi haciendo una pequeña reverencia al rubio que se paraba lentamente con confusión— Am, estuvieron ricos los pancakes pero les falta algo.

San alzó una ceja.

—Ponle azúcar impalpable.

El rubio alzó su pulgar entiendo mientras le daba una sonrisa y sacaba de si bolsillo un papel.

—Dale esto a JungKook.— el rubio tomó la mano de EunBi y le colocó aquel trozo de papel en la palma de la mano— Supongo que le ayudará.

—¡Llámenme!— gritó San— ¡Mí número está abajo!

—¡Entendido!— le gritó EunBi y terminó de soltarle la muñeca al menor cuando salieron de la feria.

Hubo un silencio y JungKook miró hacía adentro de esta mordiéndose el labio.

—¿Qué ocurre contigo?

—Ya vuelvo. Espérame en el auto.— dijo rápidamente JungKook y emprendió camino hacía adentro de la feria nuevamente.

Los pies del menor parecían papilla luego de caminar por quién sabe cuánto alrededor de la gigantesca feria sin éxito alguno de encontrar a TaeHyung. Sus manos comenzaban a sudar y otro tirón sintió cuando se detuvo a ver hacía todas las direcciones que hay y por haber.

Así que comenzó a abrirse paso entre la gente buscando a aquella alma de cabellos azules, hasta le dolía respirar de lo cansado que estaba. Su corazón dio un vuelco cuando vio detrás de una atracción vieja de un carrusel a TaeHyung sentado en uno de los contenedores de basura mirando al suelo.

Los pies de JungKook desaceleraron y caminó lentamente hacía uno de aquellos contenedores sentadose a unos cuantos centímetros lejos de TaeHyung mirando el cielo junto a él.

—Supongo que te gustan las estrellas.— dijo JungKook y apretó sus labios.

—¿Qué haces aquí?— preguntó TaeHyung y JungKook se sorprendió por el tono que había utilizado el mayor.

—Te estaba buscando— dijo firmemente el menor—, disculpa si interrumpí tu vista. Me iré primero.

JungKook saltó el contenedor y fue mala idea porque su costilla debido al brusco salto comenzó a doler haciendo que pusiera una mano sobre aquella parte con dolor.

—¿Por qué me siento tan solo?— JungKook giró sobre sus talones mirando a TaeHyung.— No quiero estar así, JungKook.

El menor sobó su costilla y suspiró.

—Y-yo...— quiso decir el menor pero TaeHyung lo interrumpió.

—Tu vida... es divertida. Tienes amigos, tienes familia y sobre todos tienes salud y estás vivo— la mirada de TaeHyung se entristeció un poco pero al segundo sonrió medianamente— ¿Qué tengo que hacer para conseguir eso?

𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora