Las puertas de la sala de cine se abrieron, y mientras se escuchaban pisadas detrás de ellos el menor se metió un puñado de palomitas en la boca.
—En mí opinión— comenzó a decir JungKook mientras le ofrecía más palomitas a EunBi—, la película fue de lo más aburrida. Tiene menos humor que los chistes de mí abuelo, que en paz descanse, claro.
JungKook junto con EunBi empezaban a dirigirse hacía la escalera mecánica. Se escuchó un suspiro de la castaña y dijo mientras se detenía a ver un local de ropa ya abajo por un momento.
—Mis padres me esperan en el auto.— y despeinó tiernamente el cabello de JungKook.
JungKook luego de que se despidiese de ella decidió ir al sanitario un momento ya que había tomado demasiado refresco y necesitaba urgentemente liberar todo.
Vió salir a unos chicos que estaban fumando mientras tosía y ahuyentaba el humo con sus manos deteniendose frente al espejo arreglando un poco su cabello. Y posteriormente se dirigió hacía uno de los urinarios.
Todo iba bien, hasta que sintió cómo alguien le tocaba el hombro sorprendiendolo haciendo que se mojara un poco el suelo de orina, terminó de hacer su necesidades y miró detrás suyo. Había un chico, un chico de cabello azul y tés canela. Estaba mirándolo con una sonrisa burlesca y cuando intentó decir algo, JungKook lo calló.
—¿Por qué demonios las almas son así de irrespetuosas?— preguntó JungKook algo molesto y aquel peliazul solo rió.
—Lo siento.— dijo mientras metía sus manos en los bolsillos delanteros de su jean— Me pregunto por qué estoy aquí y no en el cielo, digo, yo merezco el cielo.
Mientras tanto JungKook se dirigía al lavamanos sacudiendo sus manos frenéticamente mientras miraba su reflejo pero aquel chico no se podía reflejar allí así que solo se giró con las manos en las caderas y decía.
—Primero debes pasar sobre mí.
—¿En serio debo pelear contigo?— JungKook rodó sus ojos y el peliazul ladeó su cabeza pensativo.— Bueno, no es como si yo quisiera pelear contigo. Solo quiero descansar en paz, como solo lo quiso el perro.
—¿Disculpa?— preguntó JungKook incrédulo.
—Mi madrastra me desconectó de coma porque nunca me quiso.— JungKook quedó congelado ante las naturales y crudas palabras del peliazul— ay, no pongas esa cara seguramente escuchaste peores cosas que esta.
JungKook apretó sus labios y dijo.
—No, créeme que no.— exhaló todo el aire que tenía acumulado en sus pulmones y solo sacudió su cabeza.— Bien. Solo debes traspasarme, no es nada difícil lo hacen conmigo todos los días.
El peliazul alzó una ceja y comenzó a acercarse a JungKook despacio haciendo que este comenzará a sentir calor en sus mejillas por la cercanía. No podía sentir nada, ni siquiera el calor de aquel chico pero le estaba dando calor por su mirada burlesca. Pero algo pasó.
No podía traspasarlo si quiera un poco.
—Bueno y ahora qué.— el peliazul se mostraba impaciente por irse al cielo.
JungKook frunció el ceño.
—Intentalo de nuevo— el peliazul intentó pero no, y no funcionaba era imposible traspasar a JungKook.— entonces esperemos un poco, quizás hay alguien que se niega a morir.
—¿Cómo?— preguntó TaeHyung y JungKook iba a responder pero entró una persona y el menor se le quedó viendo mientras se dirigía a uno de los cubículos y este le hacía señas al peliazul para que saliesen.
—¿Ellos pueden verme?— JungKook negó y TaeHyung comenzó a acercarse a las personas mientras que el menor lo miraba desaprobadamente cruzado de brazos mientras rodaba los ojos.
JungKook se sentía entre la espada y la pared ya que no podía gritarle a la nada sin parecer un completo desquiciado pero había un alma rondando y comenzando a traspasar gente por diversión y a hacer muecas que según aquel chico eran graciosas.
—¡Ven aquí!— susurró JungKook y el peliazul lo miró pero solo comenzó a subir las escaleras mecánicas así que sin remedio alguno JungKook comenzó a corretearle a la nada si lo mirabas desde lejos pero realmente el menor nunca le había tocado hablar con un alma que además de traviesa le gustaba pasearse por los locales de lencería de mujer. Pero para gustos no hay nada escrito así que...
Una vez que JungKook se agachó cansado aquel chico se detuvo y se acercó para traspasarlo pero no funcionó, ambos chicos se quedaron mirando esperando alguna respuesta de porque demonios aquel chico no podía traspasarlo. El peliazul le tendió la mano y JungKook al intentar agarrarlo solo sintió aire entre sus dedos, siquiera podía levantarse con la ayuda de un alma.
—Bien. Esto es raro y jamás me había pasado, ahora haremos esto— JungKook dijo entre suspiros entrecortados y continúo— dime tu nombre.
—TaeHyung— contestó sonriente.
—Bueno TaeHyung, no le encuentro explicación a esto.— JungKook tomó una larga respiración y exhaló—, pensé que había algún alma que murió antes que ti y que se negaba rotundamente a morir y por algo no te deja traspasarme pero veo que es improbable eso ya que no siento la presencia de otra, así que si pides mí opinión no tengo ni la menor idea de porque sigues aquí cuando deberías estar allá arriba— dijo JungKook mientras señalaba hacía el techo— con tus alitas de ángel y toda la cosa.
TaeHyung infló sus mejillas pensativo y chasqueó su lengua.
—Hay que sentarnos primero, te ves destruido, viejo.— JungKook apretó su mandíbula por el apodo y se dirigieron en silencio hacía el estacionamiento del centro comercial para luego sentarse en plena y tenue oscuridad que era algo iluminada por los focos del aquel lugar.
—Esto debe tener alguna respuesta, veamos quizás me están intentado revivir en el hospital por lo tanto ni estoy vivo, ni estoy muerto.— JungKook solo pudo fruncir el ceño ante lo dicho y negó.
—Estas completamente muerto, solo veo a los muertos no a los muertos vivientes, TaeHyung.— el peliazul rió y JungKook apoyó su cabeza en la pared mientras se ventilaba el rostro por correr tanto.
—Entonces...— JungKook miró a TaeHyung—, soy una excepción y tendrás que verme todos los días.
JungKook golpeó su cabeza contra la pared y luego se levantó dejando sentado a aquella tenue sombra que él solo podía ver.
—Ni se te ocurra seguirme.— advirtió el menor— toma un avión, aprovecha que es gratis y no le cobran a las almas. Deberías intentarlo, TaeHyung.
Así JungKook metió sus manos en su chaqueta de cuero marrón y comenzó a caminar en dirección al centro comercial nuevamente.
—¡Oye espérame!— gritó TaeHyung y comenzó a seguir a JungKook traspasando el vidrio.
Así que lo única opción ahora era comenzar a convivir con un alma hasta que descubriesen el por qué de su peculiar situación.
¡Primer capítulo!
Extrañaba escribir capítulos largos y llenos de intriga. Espero que les haya gustado el capítulo y que sigan apoyándome en los próximos como siempre lo han hecho. Estaré trabajando duro para hacer de este fanfic el mejor que he escrito así que ojalá que me salga.
¿Cuál fue su parte favorita de todo el capítulo?
Se despide Cami.
𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©
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𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
FanfictionGanadora de los #TaeKookAwards2020 JungKook era el encargado de pasar a almas al cielo. Bueno, quizás ese término suene espeluznante pero no lo es desde la perspectiva del menor. Sin embargo, un día conoce a una de las almas llamado TaeHyung, un chi...