Capítulo 06

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El ruido de sus pasos era lo único que hacía eco en los pasillos del hospital.

Era de madrugada. Y JungKook junto con un somnoliento TaeHyung recorrían los largos pasillos en completo silencio. El menor sabía que no iban a darle el alta en poco tiempo así que decidió que era mejor pasearse de madrugada junto con el alma a estar en la cama sin poder pegar un ojo.

Llegaron a una gran puerta de color grisacea que decía EXIT así que el menor solo se dispuso a empujarla con todas sus fuerzas para que se abriese pero al querer hacerlo sintió un agudo dolor en su hombro derecho. Así que el menor miró a TaeHyung mientras este solo pestañeaba de un solo ojo del sueño.

Quizás no fue buena idea despertarlo.

—Oye.— dijo JungKook chasqueandole los dedos en la cara al peliazul— ¿Puedes abrir la puerta por mí? Me duele mucho el hombro.

TaeHyung lo miró y limpió un poco de saliva de la comisura de sus labios para luego empujar la puerta haciendo que se abriese completamente. El menor aún no entendía de dónde demonios TaeHyung sacaba esa fuerza para mover cosas aún siendo un alma, era simplemente increíble.

Aquella puerta daba a un pequeño jardín, solo tenía lo necesario. Rodeado de enredaderas había de un lado un banquito de color café oscuro y una pequeña laguna bien cuidada en el centro. A los alrededores de esta habían flores de tonos hermosos, cosa que llamó la atención a JungKook que se sentó con mucho esfuerzo frente a ellas.

—No vayas a arranca... haz lo que quieras.— dijo TaeHyung mientras veía a JungKook oliendo una de las flores y cerraba sus ojos.

—Esto me trae recuerdos— dijo JungKook mientras suspiraba y en el pequeño bolsillo de su camisón de hospital colocaba la flor de manera que se viese bonita—, a mí abuela le gustaba mucho las flores. Tenía un pequeño puesto en el centro de la ciudad y yo la ayudaba de vez en cuando. Ella decía que le atraía clientes pero quién sabe si decía la verdad— concluyó JungKook para luego soltar una pequeña risa sin mucho humor.

—Lo decía para molestarte— dijo TaeHyung e hizo que JungKook entrecerrara los ojos mientras le daba una mirada desaprobando lo que había dicho.—, ya no te lo tomes en serio.

Hubo un silencio en el cuál solo se escuchaba la fresca pero agradable brisa. JungKook miró al cielo y antes de que pudiese decir lo hermoso que se veían las estrellas escuchó la voz del peliazul.

—¿Es posible?— el menor miró a TaeHyung y frunció un poco el ceño al ver cómo este se paraba y caminaba hacia un sector de la laguna y arrancaba un trébol— ¡Encontré un trébol de cuatro hojas! ¡Mira!

JungKook con mucho esfuerzo se paró y se acercó a TaeHyung mirando el trébol en todo su esplendor. Era efectivamente de cuatro hojas.

—Es de la buena suerte.— confirmó TaeHyung y miró ilusionado a JungKook— ¿Crees que pueda pedir un deseo?

JungKook encogió los hombros y apretó sus labios sin saber que decir mientras hacía una pequeña mueca de disgusto ya que el hombro nuevamente le estaba molestando.

TaeHyung a continuación sacó un pequeño collar de su camiseta y abrió este metiendo el pequeño trébol para luego apretarlo entre sus dedos y cerrar los ojos. JungKook miraba con curiosidad toda la situación ya que jamás había visto a el peliazul tan feliz era como si el trébol le diese esperanzas pero no podía formular una teoría del por qué.

Una vez que TaeHyung abrió los ojos viendo la mirada curiosa de JungKook sintió como las mejillas comenzaron a arderle de la vergüenza así que solo miró hacía otro lado sin querer encontrarse con la mirada del menor.

—¿Cuántos años tienes TaeHyung?— preguntó JungKook mientras trataba de buscarle la mirada al peliazul.

—Tengo veintidós— respondió TaeHyung—, ¿Por qué?

—Nunca había visto a una persona que le alegrase tanto un trébol.

—¿Y tú?— preguntó TaeHyung cruzándose de brazos mientras veía como el JungKook tocaba su hombro.

—Tengo veinte.— respondió JungKook.

—Nunca había visto a una persona tan amargada como tú, deberías tenerle respetos a tus mayores.— JungKook entrecerró los ojos y el peliazul rió para luego contagiarle la risa al menor.

Ambos chicos decidieron sentarse cómodamente en el pequeño banquito de madera y mirar al cielo mientras JungKook se daba pequeños masajes en el hombro y a la vez en una de sus costillas.

—Debió doler.— dijo TaeHyung.

—No. Dolió más ver cómo le lanzaste aquella piedra a Mingi, nunca había visto a alguien pararle la fiesta a un matón— respondió JungKook mientras miraba al suelo—, supongo que después de todo se puede decir que alguien lo logró.

TaeHyung solo apretó sus labios y se quedó mirando el perfil de JungKook. Su cabello estaba algo alocado pero no se lo diría, quería reírse en su mente por un momento más. Tenía sus ojos puestos en el cielo, podía ver el reflejo de una estrella en los ojos del menor. Y cuándo menos se lo esperó, sintió nuevamente aquel tirón. Tragó saliva y trató de ver de dónde demonios provenía aquella sensación pero fracasó.

—No lo intentes.— dijo JungKook— Yo tampoco se de dónde proviene.

Así que TaeHyung suspiró rendido y se puso a admirar las estrellas en plena madrugada con el menor. Su mandíbula se presionó al recordar su deseo.

Vivir.

Quería sentirse vivo. Quería que lo viesen las personas, no solo JungKook. Quería verse al espejo y sentirse lleno por dentro, quería sentir. Su respiración fue irregular cuando sus ojos comenzaron a picar y su labio inferior comenzó a temblar al igual que todo su cuerpo. JungKook lo sentía, sabía que TaeHyung estaba llorando pero se quedó callado sin saber que hacer.

Sin embargo lo miró.

Su nariz estaba roja. Y sus ojos también, sus labios antes de un color rosa claro ahora estaban comenzando a teñirse de un color cereza.

—No me gusta estar muerto, JungKook.

























¡Holass!

En mí opinión, el capítulo más triste que escribí. Siento que TaeHyung se abrió por primera vez con JungKook y le contó lo que sentía. Supongo que es un avance ¿No creen?

Espero que les haya gustado.

Se despide Cami, se los quiere.

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora