Te encontré

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Era un nuevo día, el último de sus vacaciones y está vez si estaba sola, la mayoría de sus conocidas o conocidos estaban de misión y no sabía que más hacer que recorrer las calles de la aldea mirando a la nada. Era común que evaluará su situación en dichas caminatas llegando siempre a la conclusión de que debía hacer algo para salir de su ciclo auto destructivo, obviamente el primer paso era dejar atrás su amor y aprender a convivir con la idea de que Sasuke ya tenía familia, la otra era buscar su verdadero propósito, no es que no le gustara ser una ninja médico y salvar vidas, lo que pasaba es que ya no se sentía necesaria, era difícil de explicar esa sensación de que ya sus habilidades había pasado a segundo plano y nuevamente se sentía como el miembro inútil del equipo siete. Saludó a varias personas con gentileza, vaya pensamientos estúpidos los que tenía cuando las personas dependían de ella, se sentía egoísta y eso solo la entristeció, siguió caminando sin rumbo fijo hasta que fue detenida por un Ambu, su sensei la necesitaba así que se fue saltando por los tejados para llegar más rápido.

Al llegar golpeó la puerta esperando a que fuera concedido su paso, el cual se dió inmediatamente, abrió la puerta dándose cuenta que solo estaba su sensei mirando la aldea desde la ventana.

— Kakashi sensei aquí estoy - informó parándose frente al escritorio esperando a saber la razón de su llamado.

—gracias por venir tan rápido - soltó un suspiro tirándose para verla — se que esto es repentino ya que estás en vacaciones pero necesitamos de tu ayuda con algo que sucedió, sígueme.

Ella miró con sorpresa lo que si sensei le mostraba a través de aquella ventana ,  estaban en uno de los edificios de inteligencia, no es extraño sabiendo que a veces la requerían para ayudar en procedimientos del mismo pero lo que más se le hizo extraño era que los que estaban ahí no eran prisioneros o ninjas en custodia sino tenían a todo un escuadrón Ambu inconsciente en camillas improvisadas.

— te habrás preguntado porque están aquí y no aislados en el hospital, bien pues sea lo que les esté pasando es contagioso, al principio fueron solo dos pero cada que alguien se aproximaba a auxiliarles terminaba igual, te traje para que nos ayudes a descifrar que es todo esto y la manera de ayudarlos - expresó el Hokage mirando a su alumna, le había dado esa misión pues confiaba plenamente en sus habilidades. Ella no lo pensó ni un segundo, rápidamente empezó a pensar una estrategia que le ayudase a encontrar las piezas de ese rompecabezas, primero estaba el hecho de que no fue por el aire, al parecer fue al tacto así que si los iba a examinar necesitaba un traje que la aislara de su atmósfera, tanto en tacto como en respiración, lo otro era en pensar que podría causar que eso pasara, quizás una toxina pero ya haría las pruebas pertinentes.

De manera veloz empezó a delegar y ordenar al personal cercano para iniciar con su labor, se puso el traje que solian usar en el hospital para casos de contagio, se puso una máscara para gas y así aislaría las partículas o eso esperaba y con materiales en mano se adentró en la habitación, se aproximó al capitán del escuadrón quién había sido el primer infectado, lo que le llamó la atención era que estaba realmente pálido y con un hilo de sangre en la comisura de su boca, le checó los signos vitales dándose cuenta que estaban al borde del colapso así que debía apresurarse, estaba por encender su chacra curativo cuando se dió cuenta de algo muy particular, en sus ropas había como un polvillo rojo, no sabía cómo describirlo, casi era imperceptible a simple vista así que con un pañuelo trató de tomar una pequeña cantidad para someterlo a estudios, al acercarlo a su rostro para verlo a más detalle un recuerdo vino a su mente, aquel campo de rosas que tenían una brisa escarlata parecida a lo que ahora tenía frente a ella... Recordaba aquel aroma y sin pensarlo retiró la máscara para dejar que aquel aroma llegase a ella lo que la sorprendió, el mundo dejó de existir e incluso no escuchaba los gritos histéricos de su sensei, su mente estaba en un estado de shock ante los acontecimientos y cuando volvió en sí para tranquilidad de los espectadores volvió a ponerse su protección, empezó a escribir en una hoja que después deslizó por debajo de la puerta dándole las instrucciones a su sensei.

Infinite RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora