más allá de las palabras

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Naruto miraba nervioso a los dos presentes, jamás se imaginó que algo así pasaría, aunque estaba asombrado de la calma con que Sarada los miraba no podía decir lo mismo de su amigo, estaba tan pálido y sorprendido que creía que se desmayaría en cualquier momento.

— eh... ¿Sarada chan que haces aquí? — susurró el rubio rascándose la mejilla.

— si séptimo, es que Hinata San le envío su almuerzo pero como Boruto se lastimó yo vine en su lugar. — contestó la menor acercándose con el objeto a la vista.

Sasuke trataba de mantenerse tranquilo pero le era difícil, sin duda era su hija, la culpa lo carcomía al recordar que de forma tan abominable la había negado, seguro su familia desde el más allá estaba decepcionada de él.

— ya veo, muchas gracias pequeña me salvaste — tomó el bento y le regaló una caricia en la cabeza.

A pesar de la tensión del momento Sarada sonrió feliz, admiraba tanto al Hokage que el recibir esas palabras le alegraron el día, Sasuke al ver esa escena sintió que el pecho le dolía.

— es mejor que regreses Sarada chan, iremos a un lugar peligroso.

— si, como usted diga, vamos Chou Chou — dijo la Mejor más animada acercándose a su amiga pero una mano atrapando la suya lo evitó.
Sasuke en un reflejo involuntario tomó la mano de su pequeña.

—Sarada espera... Yo... — no supo que decirle en el momento.

La niña pasó de la sorpresa a la ira, ella sabía la verdad, aunque se la habían ocultado ella lo sabía todo, sabía que su padre jamás la había querido y por eso su madre siempre vivía con miedo, supo que al nacer su madrina Sakura las había salvado y por eso vivían en un lugar ocultó, todo por culpa de un hombre que no asumió su responsabilidad.

— señor desconocido, suelteme — le susurró frunciendo el ceño.

A pesar del pedido de la niña no fue capas, se había paralizado.

— no soy un desconocido yo soy... Yo soy tu padre — le susurró.

—¡¿Mi que? Le recuerdo que usted es un desconocido, mi madre es mi padre también! ¡¿Donde estuvo usted cuando yo enfermé?, ¿Donde estuvo cuando entré a la academia? ¿Cuando cumplí años? En lo que a mí concierne usted no es nada para mí!— le gritó enojada mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Ver y escuchar eso le hizo doler el corazón, la niña usando todas sus fuerzas se soltó del agarre y salió corriendo seguida por su amiga, Sasuke iba a salir detrás de ella pero Naruto lo impidió, debía darle su espacio.


Santuario

Después de aquella noche maravillosa la normalidad había vuelto a ellos, las diosas se habían tomado el evento en las manos así que por eso no se preocuparía, confiaba en ellas para organizarlo todo.

Era una mañana fresca, como era costumbre se había levantado temprano para regar sus rosales antes de que el sol saliese, feliz de la vida disfrutaba de la temperatura y lo agradable del ambiente, de repente la imagen de Sarada se vino a su mente, había soñado con ella anoche y eso la tenía pensativa, hacia tanto que no la veía, esperaba que pronto fuese capas de verla y saber si estaba bien.

Horas después estaba saliendo de su entrenamiento cuando vió al dueño de sus suspiros aparecer en su campo de visión, Minos solía visitarla todos los días así que ella feliz esperaba con ansias su aparición, corrió hacia él para darle un beso e iniciar el recorrido hacia su templo.

Después de una buena ducha salió a vestirse y se fue a la cocina para sorprendida por su amado quien ya tenía una merienda preparada.

— vaya que soy afortunada, mi hombre cocina — susurró divertida acercándose a él.

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