Infinite Rose

sin palabras

La ira en la cara del caballero era palpable, sabía que no tenía oportunidad contra el juez pero el saber que había defendido a esa maldita mujer acrecentó su malestar.

— disculpe juez Minos pero no debe intervenir en una discusión entre personas de la orden de Athena aunque si que tiene la razón - contestó la chica ya recuperada de su impresión.

Salió detrás del juez mirando con firmeza al hombre frente a ella, no dejó intimidar de Madara que si era poderoso no se asustaría de un caballero resentido.

— con esto pruebo mis palabras, los piscis en amistad con nuestros enemigos, no son más que una escoria que no debe pertenecer a la sagrada orden, seguro como tú maestro ya estás abriendo las piernas al mejor postor como el lo hizo con el loco de Saga - soltó con sorna aquellas venenosas palabras.

El grupo de caballeros miraron la expresión de la dama temiendo por una batalla pero quedaron sorprendidos antes la risa de esta, la chica empezó con una pequeña risa para después carcajearse en la cara del santo.

Todos la miraron como si estuviera loca pero Minos solo sonrió de lado entendiendo la situación, vaya que era admirable la chica.

— vaya, que el que calla otorga ¿No?, Hasta aquí se ve lo fácil que eres...- continuó el plateado pero la chica reía sin parar — ¡Maldita sea, porque no te enojas o me atacas!

Dió unos pasos hacia la chica pero fue frenado por Saga ante la sorpresa de todos, el caballero apareció de la nada frente a la chica junto a Aioros, las miradas desaprobatorias de esos dos hicieron retroceder al grupito mientras la chica se limpiaba las lágrimas que habían salido de la risa.

—¿Que significa esto?, Misty, ¿porqué estás gritándole a tu camarada? - cuestionó Sagitario mientras se cruzaba de brazos.

— no es nada... - contestó rápidamente.

— escuché que me nombrabas y dices que no es nada - bramó Saga mientras lo miraba con seriedad.

El plateado empezó a temblar mientras tragaba saliva, lo había escuchado, ahora sí estaba muerto.

— respondiendo a tus malintencionadas palabras, se que soy nueva aquí pero respeto lo que se me a enseñado, la bondad y la justicia de las cosas, Athena firmó un tratado de las que costó mucha sangre y luchas pero no vez que la contraparte también son seres con alma, con un corazón y no debes juzgar porque sí. Ellos también perdieron mucho y yo no soy nadie para discriminarlos porque sean de un bando contrario, su filosofía es diferente solo eso  - comentó la chica volviendo a su seriedad. — tu problema es que estás más pendiente de la vida de los demás que en desarollar tus habilidades, ¿Te afecta la vida de mi maestro?, ¿Tiene que ver contigo la vida personal de los demás? - le cuestionó  — yo no me dejo llevar de esas cosas para que lo sepas, no tengo que explicarte nada porque sencillamente es mi vida privada y quizás a quien tenga que rendirle cuentas sea a Athena pero si ella no dice nada ¿Quien eres tú para reclamarme? Y para terminar, ¿Quien eres tú para hablar de lo que pasó con Saga? Se que su pecado es algo imborrable pero a cambiado y yo creo en él, es un santo de Athena que perdió su camino pero volvió a donde pertenece como todos los que pecaron. Deja el pasado atrás porque como vas solo demuestras que no eres digno del puesto que tienes ni de la segunda oportunidad que se te otorgó.

Sin mas la chica se fué dejando a los hombres con la boca abierta.

— vaya... Que mujer... - susurró Minos mientras la veía marchar.

Konoha

La situación estaba quedando en el pasado, los chismes ya habían afectado al punto de que si la chica volvía les daba igual, el gran tema ahora era el gran avance de la nueva directora de los hospitales, su gran destreza curando pacientes era una bendición según los aldeanos lo que la hizo ser amada por todos.