Infinite Rose

El ciclo de la vida

Una luz dorada de gran intensidad llenó el lugar, Kanon tuvo que detener su marcha y cubrir sus ojos con sus brazos para evitar ser cegado, tan potente fue que la onda expansiva llegó varios sientos de kilómetros de distancia, Géminis resonó por lo que después de asegurarse de que podía ver fue testigo de cómo la armadura que antes le pertenecía a Afrodita ahora cubria el cuerpo de Sakura, Piscis también resonaba mientras emitía aún luz, la chica permanecía arrodillada sosteniendo en sus brazos el cuerpo inerte de su maestro, antes de que pudiese acercarse la chica soltó un gritó desolador mientras levantaba el rostro hacia los cielos y una violenta explosión de cosmo de un intenso color carmesí salió de su ser, tan potente fue que lo mandó a volar, podía sentir la ira, el dolor desgarrador y muchos más sentimientos negativos que ella desprendía, era malo, era muy malo.

—¡Sakura! ¡Reacciona! ¡Si sigues así destruirlas todo!

Se sentía mareado, había chocado contra una enorme roca y para completar el nivel de veneno era peligroso, jamás imaginó ser víctima del veneno de tal forma, de manera inconsiente la chica había despertado una cantidad de poner monstruosa que no podía controlar por el dolor, si seguía así no creía salir convida de la situación pues aunque trató de usar sus habilidades el monstruo cosmo había pasmado el suyo.

Cualquier persona que tenía la habilidad de sentir el cosmo fue testigo de aquel evento, se sintió por todas partes incluso otros dioses a parte de Athena quedaron sorprendidos con eso y algunos se conmovieron por lo que aquella pobre alma sentía, desde el santuario los dorados lograron apreciar el brillo carmesí por lo que Saga temió lo peor, su hermano estaba sufriendo, su amiga estaba sufriendo, no tardó en correr para salir de su templo, no se quedaría sentado una vez más. Justo cuando estaba por salir del santuario Shaka y Milo aparecieron para ir con él.

Giudecca, Castillo de Hades, Salón del trono.

Hades, su esposa, Pandora y los jueces tenían una reunión de balances, al dios del averno le gustaba tener todo bajo control así que cada mes les pedía informes detallados de las actividades, necesitaban buenos resultados pero todo quedó a medias cuando hasta el inframundo se cubrió con aquel desgarrador gritó y el cosmo violento, Minos perdió el color de sus mejillas, sabía de quién era podría reconocerla, unos pasos apresurados llegaron para confirmar la noticia, sólo eso le bastó para salir corriendo,  su amada lo necesitaba.

Los demás quedaron estáticos, la muerte era un tema de todos los días pero ni Hades ni Perséfone no entendían porque sentían cierta empatía con aquella alma y su dolor, fue extraño pero les dolía el alma.

Minos gracias a la intervención de sus señores llegó lo más cerca a la zona de los hechos, justo con los otros dorados siendo testigos de la escena.

— ¡Debemos detenerla o a este paso el veneno va a expandirse por todo el planeta! — dijo Saga mientras caía de rodillas pies le era difícil combatir el veneno

— Tsk DEMONIOS.. — Milo fue el segundo en caer.

Shaka antes de ser víctima de eso anuló el sentido del olfato de la presentes incluyendo a Kanon que se encontraba ya inconsiente.

— apresurate Minos, eres el único que la puede despertar de su transe — le dijo el dorado antes de transportarlo junto a ella.

Verla en ese estado era doloroso, sabía cuan apresado era para ella su maestro, entendía su reacción, aún sostenía el cuerpo inerte del ex santo mientras lloraba sin control, lentamente se acercó arrodillandose y la abrazó por la espalda, le era difícil moverse por lo que tardó en completar sus acciones.

— mi amor aquí estoy, no estás sola pequeña... Vamos Sakura con esto no ganas nada — le susurró en el oído dándole algunos besos en la mejilla elevando suavemente su cosmo para que ella pudiese sentirlo.