Infinite Rose

Esperanza

Estaba asustada, no sabía en donde estaba ni porqué aquella persona la había llevado a aquella celda, se limpió las lágrimas pero al recordar a su madre y su tío volvió a llorar, quería verlos, quería abrazarlos y ser libre de nuevo, sentada en el fondo del lugar se abrazó a sí misma para calmar los espasmos del llanto, solo si no hubiese hablado con ese hombre, si solo hubiese ido por el camino que debía. Aquellas figuras fantasmales que la custodiaban empezaron a a agruparse, la adrenalina en su sistema aumentó al ver como abrían la puerta de su celda, el miedo se apoderó aún más de ella.

— por favor... Alguien... Alguien venga por mí... ¡Ayúdenme!

El grupo de búsqueda seguía avanzando aunque tener a los menores los había retrasado bastante, por orden de Sakura estaban corriendo pues no podían seguir a un paso deplorable, justo cuando los niños estaban por quejarse debido a la marcha la chica se detuvo y  mirando a Saga le dió a entender lo que sucedía, rápidamente el mayor usó un sello de Athena y cubrió a los de Konoha con un campo de fuerza con él adentro.

— ¿Que demonios haces? ¡Sacános!— exigió Sasuke al ver que la pelirosa se había quedado frente a ellos.

— ¡Sakura chan! — la llamó Naruto al ver que Saga los ignoraba.

La confusión se apoderó de todos al no a tener respuesta alguna pero callaron al ver como lentamente una mancha roja creció bajo los pies de la pelirosa, viendo con más detalle era un enorme campo de rosas, la confusión era latente pero segundos después vieron aparecer a una mujer rubia de ojos azules rodeada por unas sombras.

—vaya veo que no de equivocaron al decir que vendrías... ¡Qué divertido!

— vaya sorpresa, estás muy lejos de tu jurisdicción, Eris — le contestó la pelirosa manteniendo su tranquilidad.

— si es por atormentar a alguien eso no me interesa, pero veo que no quieres hablar ya estás preparando tu ataque — comentó en un tono triste que a leguas se notaba que era falso.

Sakura no respondió solo elevó su cosmo creando una de sus rosas, mirando con tanta frialdad a la diosa que está sintió un poco de nervios pues esos ojos tenían la capacidad de traspasarla pero solo sonrió de lado y chasqueando los dedos hizo aparecer a unas sombras que traían a la pequeña Sarada atada y amordazada.

— ¡Sarada! — gritaron todos dentro del campo de fuerza, los adultos empezaron a golpear para tratar de salir.

—creo que querrás guardar tu veneno o ¿quieres matar a la pequeña? — susurró divertida la diosa.

Sarada miraba con miedo a todos lados, no escuchaba a nadie solo lloraba tratando de soltarse, Sakura frunció un poco el seño mientras lentamente hacia desaparecer el campo, debía pensar una buena estrategia para acabar con eso pronto.

— matenla — ordenó la diosa mientras sonreía con superioridad.

Saga se mantuvo atento, confiaba en ella y sus habilidades si era necesario intervendría, los  de Konoha siguieron tratando de salir preocupados por la situación pero era imposible, los niños miraban aterrados la situación. Aquellas sombras se lanzaron hacia la chica activando su habilidad de desactivar el cosmo, empezaron a atacarla con todo lo que tenían, algunas de ellas usaban ataque que habían copiado de los otros santos a una velocidad increíble, la mayoría pensaba que ese era el fin de la chica, después de que la gran nuve de polvo se fue dispersando quedaron perplejos al ver que la armazona había desaparecido de la vista de todos.

— ¡No sé queden como idiotas! ¡Busquenla! — gritó la deidad enojada pero abrió sus ojos sorprendida al sentir su cuerpo inmóvil, las sombras cayeron una a una por lo que por inercia miró a su lado donde estaba Sarada descubriendo que la niña ya estaba en los brazos de la armazona — pe-pero como....