Capítulo 64, "Acuerdo"

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Christian abrió los ojos enormemente y se agitó aún más al caer en cuenta en sus últimas palabras. Su pecho ascendía y descendía sin control, sentía como el mismo aire huía de sus pulmones hasta casi hacerlo desplomar. Un fuerte escalofrío le recorrió todo el cuerpo, un temblequeo sacudió sus manos.

Sí, estaba teniendo un ataque de pánico a pesar de haber dicho unas palabras tan simples que podría decir cualquier ser humano enamorado. Pero claro, esa frase nunca había sido habitual en él. Más bien, nunca algo así había salido de sus labios, mucho menos en un ataque de impaciencia y furia.

Aquello que había articulado con potencia conllevaba una carga increíble de emociones y sentimientos que se encargó de ocultar y desterrar desde que vio a Lindsey por primera vez.

Pero ya no había más nada para silenciar o negar: él se desvivía de amor por ella.

—Ya veo... —susurró Alyssa sumamente asombrada por la confesión. Escuchó su corazón romperse, sintió el dolor albergándola. La tristeza la invadió por completo, ignorando el paso del tiempo. Christian salió de su ensimismamiento—. ¿La amas?

Él abrió la boca para decir algo, aunque no sabía ni qué, pero se calló y con demasiado nerviosismo quiso evadir la situación.

—No me hagas perder más el tiempo y dime qué intenciones tiene tu hermano con ella —le pidió impaciente, todavia dándole la espalda y con el pecho agitado.

Alyssa ignoró su pedido y lo sujetó del brazo para girarlo. Lo logró y con lágrimas en los ojos le exigió con fuerza:

—¡¿La amas?!

Christian miró hacia el suelo unos segundos. No soportaba ver sus lágrimas llenas de drama y obsesión.

—¡Dímelo! —desgañitó ella con fuerza—. ¡¿La amas o no?!

Para él, después de lo que había soltado, no valía la pena seguir siendo orgulloso.

—Más de lo que te puedas imaginar —suscitó.

Alyssa profirió una exclamación ahogada y retrocedió unos pasos, soltándolo. No lo podía creer. Christian Foster había sido capaz de amar y hasta quería atreverse a preguntárselo diez veces más para tratar de caer a la realidad.

—Christian expresivo y enamorado... Qué pena que no hayas sido así conmigo —le reclamó ella con amargura, bajando la mirada hacia sus zapatos.

—Siento decírtelo de esta manera, pero nunca fui así contigo porque nunca te amé. —Alyssa asintió con los ojos cerrados y rechinándose los dientes por dentro—. Con Lindsey... con ella es diferente, nunca me había sentido así —reveló risueño y con los ojos brillosos por el sentimiento—. Ha sacado un lado de mí que hasta yo desconocía. Pero qué más da, ella ahora me odia —terminó por decir con bastante tristeza.

—Eso te pasa por expresarte para la mierda y yo que tú me apresuraría o Caleb lo hará —le advirtió.

El rostro de Christian se desfiguró de la furia.

—¿Qué - demonios - quiere - él? —preguntó pausadamente, volviendo a apretar sus puños. Todo su cuerpo se tensionó y sólo podría ser calmado si golpeaba a alguien, más especificamente a uno de los hombres qué más detestaba.

—Quién sabe —dijo Alyssa mientras se escogía de hombros—. Lindsey es muy linda y Caleb se sintió atraído hacia ella desde que la conoció. Vamos, que se ha enamorado y pensaba ir en serio con ella. Pero... —Tras esa pausa, Christian abrió más enardecidamente los párpados—... Caleb nunca se tomó en serio a las mujeres. Después de que descubrió que ella estaba vinculada a ti, pensó acertadamente que es tu debilidad. Puede que sólo quiera jugar con ella de forma... ya sabes... —sugirió Alyssa con la mirada traviesa.

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