Capítulo 87, "Desconfianza"

607 54 2
                                    

Después del Acto de Colación de Grado, Christian y Lindsey no se volvieron a ver.

Él siguió trabajando para Gerald mientras batallaba con su ingreso a la carrera de Filología Inglesa. Aunque después de bastante esfuerzo y con la ayuda de su jefe/amigo, logró ingresar a lo que más le apasionaba.

Y por supuesto, al entrar, consiguió un lugar en una residencia enorme con un compañero de habitación bastante majo que nunca lo molestaba. No lo consideraba un amigo, pero sí un buen colega con el que podía tener charlar triviales. Sabía que se llamaba Jaspen, que tenía veintiún años y adoraba a su familia, tanto que le costaba despegarse de ella.

Lindsey, por su parte, había vuelto con su madre y ayudaba en las tareas del hogar hasta poder conseguir un trabajo, rogando que también fuera lo más cercano posible para no estar mudándose de ciudad o de estado. Amaba el campo y sabía que quería dedicarse a ello con su alma.

Se mensajeaba con Christian todos los días, pero cuando él quería hablar con teléfono por ella, ésta le ponía alguna excusa.

No dudaba de sus sentimientos por él, pero a pesar del tiempo, no podía superar las palabras de Alyssa. Sabía perfectamente que se estaba comportando como una inmadura, pero prefería lidiar con esos problemas ella sola a que estar planteándole cosas tan tontas a su novio.

Pero el problema incrementó cuando comenzó a sentirse más y más insegura, hasta el punto de no querer recibir afecto por parte de él. Se ponía demasiado nerviosa y no lograba disfrutar su tacto o sus palabras que alguna vez le erizaron la piel. Christian presentía que algo le estaba pasando, por lo que cuando ahorró algo de dinero y tuvo unos días libres del trabajo y el estudio, viajó a verla, ya que habían pasado casi dos meses desde la última vez. Y le dolía que su relación fuera demasiado a distancia.

Lindsey abrió los ojos con estupor cuando se lo encontró de visita en la puerta de su casa. Estaba inmensamente feliz, pero tampoco podía ocultar su nerviosismo, sobre todo porque planeaba salir junto a su cartera para pedir trabajo en alguna tienda hasta que pudiera dedicarse a lo suyo.

Su corazón le aconsejaba la calma, pero ella no lo escuchaba.

—Estás en época de exámenes, ¿verdad? —le preguntó Lindsey mientras deambulaban por el pueblo.

—Sí. Han sido estresantes estos tres meses... pero es más agradable que la estúpida carrera de Finanzas —expresó Christian ligeramente entusiasmado.

Sí, Filología Inglesa era una hermosa carrera, pero tampoco para holgazanear. No solo había que leer, si no también analizar, estudiar, críticar y escribir cosas que hasta a veces no se relacionan exclusivamente con la Literatura.

Pero de todas formas amaba lo que hacía allí.

—Eso me alegra mucho, Christian. Porque naciste para hacer eso —manifestó la joven con una sonrisa tierna.

Caminaron unos metros más hasta alejarse un poco del centro y Christian se giró hacia ella, sujetándola con ambas manos sobre su cintura y pegándola a su cuerpo. Lindsey respingó ante el acto.

—Aunque también debo admitir que fue estresante y tortuoso porque te tengo demasiado lejos de mí —susurró con timidez. Sin embargo, acercó sus labios bajo la oreja de su novia con total osadía.

—Chris-Christian, n-no —tartamudeó Lindsey, apoyando las manos en sus hombros y alejándolo abruptamente de su rostro.

Los nervios la volvieron a invadir, aunque su corazón latía con más fuerza por aquél beso cargado de deseo.

—¿Por qué? —preguntó Christian con una pizca de molestia y extrañeza en su tono.

Ella se estaba comportando muy rara con él. No era aquella Lindsey de hacía tres meses que se le abalanzaba con el anhelo de hacer el amor.

Planes de Vida ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora