Capítulo 43, "Prejuicio"

584 58 1
                                    

Había llegado al lugar acordado media hora antes y se mortificaba por eso. ¿Por qué tenía que ser tan inseguro? ¿Por qué tenía que planificarlo todo antes que los demás? ¿Era por falta de confianza hacia las personas o por qué era un maniático para tener todo bajo control en caso de que algo sucediera?

Siempre tenía un plan B, aunque eso llegara a molestarle algunos. No podía evitarlo, siempre estaba planificando sus horarios y se memorizaba los del bus, a que hora empezaba a funcionar y a que hora el último pasaba por el campus. Calculaba cuánto debía durar su desayuno y cuándo tenía que salir de su casa para tomar el indicado y así llegar a clases. Aunque le gustaba tener todo controlado, también le hubiera gustado tener un vehículo a esas alturas, poder manejar sin tener que estar alterándose con las personas que solían incomodarlo en el transporte. 

Pensar en esas cosas le hacían poner una cara arisca y llena de mal humor.

—¿Qué tanto piensas? —le preguntó Rebecca, acercándose a él con lentitud.

Él dio un sobresalto y cambió un poco su expresión.

—No querrías saberlo.

—A decir verdad, me gustaría saber, ya que estás constantemente pensando —le retrucó ella.

—Sólo pienso en terminar este trabajo cuánto antes. —Okay, eso había sonado bastante desdeñoso. Él se refería al trabajo, pero Rebecca se lo tomó como un insulto al grupo.

—¿Tanto te molesta estar rodeado de las personas? —le preguntó ella con una pizca de amargura en su voz. Ya no sabía qué más hacer para agradarle.

Rebecca lo admitió desde un principio: le gustaba Christian y ansiaba por conocerlo más. Él era todo un misterio y eso era lo que más le atraía, escrutar los misterios que lo envolvían, saber por qué él era tan solitario y reacio con las personas. Hasta en un momento de obsesión, se le había ocurrido ir a ver a esa «tal Lindsey» como le decía en sus pensamientos y preguntarle cómo podría acercarse más a él como ella lo había hecho.

Todavía recordaba cómo él la dejó varada en el medio del centro aquella vez con la excusa de que «tenía que darle algo a Lindsey y lo había olvidado por completo». Lo aceptaba, le había dolido en el alma. Quería hablar más con él, preguntarle qué cosas le gustaba y sí podían encontrarse más seguido después de clases. Pero desde que Lindsey hizo su presencia ante sus ojos, todo parecía haber cambiado por completo.

Percibió cómo a él le brillaba la mirada cuando la veía a los ojos, cómo se había puesto tan nervioso con escuchar su voz; pero así también notó como había una tensión indescifrable entre ellos, como sí al final todos esos sentimientos no fueran suficientes, porque había algo que los separaba y no los hacía parecer buenos amigos.

—Oye, te estoy hablando. ¿Me has escuchado? —la interrumpió Christian, exasperado. Odiaba que no lo escucharan, ya que sí hablaba, casi siempre era para decir algo importante.

—Lo siento, no. —Rebecca no se había dado cuenta que se había quedado sumida en sus pensamientos sobre Lindsey, con la mirada perdida en el suelo.

—No soy el único que se zambulle en sus pensamientos... —susurró Christian en un tono divertido.

—Perdóname, ¿qué estabas diciendo?

—Nada.

—Vamos, dímelo —insistió ella, sonriendo.

—Sólo te estaba diciendo que no te lo tomes a mal mis comentarios. Me refería a sacarme de encima éste trabajo que me está estresando más de lo normal, no porque el grupo me cayera mal —aclaró Christian por segunda vez, aunque un poco más irritado.

Planes de Vida ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora