Capítulo 5, "¿Amigos?"

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—Me cago en la lluvia —despotricó Lindsey mientras cerraba el paraguas entrando a la Universidad.

Podía contemplarse como las gotas de la lluvia recorrían velozmente por los enormes ventanales de la facultad. A los pocos segundos llegó su amiga algo empapada, a pesar de tener paraguas también.

—Hace unos días estaba templado, ¿qué ha pasado? —se quejó April, estrujándose el agua de su cabello.

—La primavera —dijo Lindsey nostálgica, con los ojos clavados en los ventanales.

April la miró preocupada y sacó un tema de conversación poco agradable.

—¿Cuánto más te vas a humillar?

—¡April! Me asustaste... de nuevo —espetó Lindsey saliéndose por completo de sus pensamientos— ¿A qué te refieres?

—Sé que estás triste hace días porque este tipo no se ha acercado a ti. ¡¿Dónde está tu espíritu feminista y lleno de positividad?! Te estás dejando humillar por ese... ¡pusilánime! —respondió April enojada.

Lindsey también se enfureció.

—¡No le digas así! Ya cederá.

—¿Y cuándo lo harás tú?

—¿Eh?

La chica se giró encolerizada y April tragó saliva.

—Lindsey, tú mereces ser feliz. Con alguien que te aprecie como tal. Ese tipo es un engreído y es por eso que está solo. Olvídate de él y de esta absurda idea.

—¡¿Sabes qué, April?! —bramó—. Estoy un poco cansada de que me digas qué hacer todo el tiempo. No se puede olvidar a alguien que amas de la noche a la mañana. Se uponía que debías entenderlo, ya que por más que tú lo intentes... ¡Sé que sigues flechada con Charly!

Las últimas palabras pusieron a April completamente lívida. Quería replicarle que no era verdad pero no podía. Sí sentía cosas por Charly.

Lindsey salió corriendo del edificio sin ganas de querer cursar, con las lágrimas a punto de brotar de sus ojos. 

«No puedo. No debo llorar. Juré no volverlo a hacer. A pesar del dolor» determinó mientras corría bajo la lluvia. Se maldijo mentalmente por no haber tomado su paraguas de nuevo y por ser tan temperamental en la vida.

Llegó a un pequeño centro lleno de tiendas de comidas que por el horario estaban todas cerradas, por lo que le tocó correr más hasta ver un pequeño alero de una tienda de comida rápida. Pero no se percató de un pequeño charco de agua que la hizo resbalarse y alejarse unos centímetros del suelo. Cayó de espaldas contra un cuerpo desconocido hasta ver el suelo.

—¡Lo siento, señor! Me resbalé con un charc...—se disculpó apenada hasta que se calló cuando vio con atención que con el cuerpo que había chocado y estaba encima era nada más y nada menos que Christian Foster.

—¿Señor? ¿En ser...? —dijo él disgustado y se calló al igual que ella en cuanto la vio.

Se quedaron unos segundos viéndose fijamente a los ojos, donde la lluvia, el agua, el frío y toda consecuencia del ambiente parecían haber desaparecido. 

El brillo de los ojos de ambas personas temblaba con nerviosismo y el calor corporal del chico ruborizó a Lindsey en cuestión de instantes. 

Christian quedó más que sumergido ante aquellos ojos color miel de ella. Pero para ocultarlo, la tomó por los hombros y se la sacó de encima de forma abrupta. Lindsey expresó una molestia cuando él se levantó del suelo y ni siquiera la ayudó a hacerlo.

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