Hermione aprovechó que sus padres habían ido a la modista a encargar sus nuevos vestidos, para llevar a cabo su plan. Hacía dos días que se había enterado del problema de la abuela de Abril, y no quería dejar pasar más tiempo.
—Abril, ¿podrías avisar al doctor para que venga? No me encuentro bien —mintió.
—Enseguida.
Abril obedeció preocupada y envío a su hermano en busca del doctor. De inmediato regresó para atender a su señora. En menos de media hora, el médico estaba entrando en la habitación de Hermione. A ésta no le costó mucho convencer al médico de que visitara a la abuela de Abril. Como era de esperar, con un puñado de monedas de oro, el doctor aceptó encantado. Hermione le pidió que se encargara de la salud de la anciana y le pidió máxima discreción. Ella misma se haría cargo de todos los gastos.
—Le mantendré informada, mi señora. —El doctor hizo una reverencia ante Hermione y ésta se la devolvió como despedida.
La primera parte de su plan había sido llevada a cabo con éxito, ahora solo faltaba esperar un poco para poner en práctica la siguiente.
Hermione se asomó por el balcón de su habitación y al ver la magnífica tarde que hacía, decidió bajar al jardín y continuar con la lectura de su libro.
Estaba sentada en el banco de piedra relajada, escuchando el cantar de los pájaros, cuando una voz masculina a sus espaldas la sobresaltó.
—Mi señora—dijo uno de los elfos—, el Sr. Malfoy pide permiso para visitarla.
—Dígale que no puedo atenderlo —respondió agitada.
—El señor insiste.
Su respiración se entrecortó y con dificultad logró tragar saliva. Le hubiera encantado salir corriendo y perderse para no ser encontrada por aquel hombre cuya presencia tanto le inquietaba, pero era inevitable seguir huyendo de él. Tarde o temprano tendría que enfrentarlo.
—Está bien, hágalo pasar —ordenó con la voz entrecortada.
Se levantó del banco aún de espaldas, esperando la llegada del Sr. Malfoy y llenó de aire sus pulmones, intentando controlar sus nervios y su respiración. Escuchó pasos detrás de ella y supo que él ya había llegado al jardín. Cerró los ojos y cuando los abrió de nuevo, se giró para atender al recién llegado.
—Buenos días, señorita. —El Sr. Malfoy hizo una reverencia y Hermione se la devolvió con seriedad—. He venido a hablar su padre.
—Mi padre no se encuentra en casa. Si es tan amable, regrese en otro momento.
—¿Cómo se encuentra señorita? La noche de la fiesta me dejó muy preocupado. Por un momento pensé que había sido el culpable de su malestar.
Y lo fuiste, por supuesto que sí. Pensó malhumorada.
—Me encuentro mucho mejor. Gracias por su interés. —Hermione estaba deseando que el Sr. Malfoy abandonara la casa, pero este parecía no tener prisa.
—El próximo sábado voy a dar un baile y me gustaría invitarlos.
—Se lo diré a mis padres cuando regresen. Seguro que asistirán encantados.
—¿Me promete que usted también vendrá?
El Sr. Malfoy dio unos pasos hacia Hermione para cortar la distancia entre ambos. El Sr. Malfoy había deseado a Hermione desde el momento en que la vio y supo que ella sería su próximo objetivo. Y ahora que sospechaba que su señor también deseaba a aquella hermosa mujer, el interés por ella había aumentado enormemente.
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EL RELICARIO MALDITO
FantasySinopsis: Hermione una bruja joven y una gran auror, con una vida aparentemente perfecta y, ¿felizmente casada? Sin embargo, tras un encuentro con una hechicera, la realidad que va a descubrir le destrozará el corazón, porque no todo es lo que pare...