Capitulo 19

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—¿Mi señor estás seguro que Eris ha trabajado para la familia de los Malfoy? —preguntó Dolohov mientras caminaban hacia la casa del empresario.

—Cuando era más joven, por algún motivo que desconozco, ella abandonó el servicio y luego es cuando se unió a nosotros.

—Después de que encontremos a Eris debo pedirte una cosa —confesó Riddle.

—Lo que usted diga mí señor—respondió Dolohov con una pequeña inclinación.

—Llevo una semana sin ver a Hermione y necesito saber cómo se encuentra. Tienes que llevarle una carta cuando vayas a verla y ésta debe.

Dolohov miro el sobre que le mostraba Riddle—¿Mi señor, si no es mucho preguntar... esta... siente algo por la hija del Sr. Tarner? —preguntó sin creer que su señor sintiera algo por esa mujer.

—No sea estúpido, Dolohov, no estoy enamorado de ella —respondió algo molesto—, pero quiero que sepa que, aunque no nos veamos, cuenta con mi ayuda.

—Vaya, señor, no sabía que tenía tanto interés por una mujer desde que...

—¡Calla! —El rostro de Riddle al recordar a aquella mujer que su mortifago casi estuvo a punto de mencionar—. ¡Eres la persona menos indicada para hablar! Te tengo que recordar que tú te ves a escondidas con la señorita Sara.

—Esto... sí pero.

— Entonces no hables si no comprendes. — le contesto Riddle tajante.

* * * * * * * * * * * * * * * * *

Dolohov encontró donde estaba hospedada Eris. Pudo ponerse en contacto con su casera, era una mujer de avanzada edad, muy elegante y distinguida, con una larga melena albina y unos intensos ojos azules que transmitían paz y sosiego. La mujer informó de que su esposo estaba de viaje y solo podría atenderlos ella. Riddle le preguntó por Eris y para sorpresa de los dos hombres, la mujer conocía perfectamente a la chica.

—Es una mujer muy trabajadora y humilde. Consiguió ganarse mi corazón en muy pocos meses. Es una pena que tuviera que ir tan rápido.

—¿usted, sabe porque se fue de esa manera? —preguntó Dolohov intrigado.

—No.

—¿Y la ha vuelto a ver después de que se marchara de aquí?

—Sí, vino a despedirse de mí antes de irse de nuevo.

—¿Y conoce a alguien que me pueda decir dónde encontrarla? Me urge hablar con ella.

—No tiene a ningún familiar directo aquí, aunque si quiere puede visitar a la hermana de su difunto marido. Trabaja para un médico en el hospital San Mungo.

Después de un rato más hablando con la mujer y de que le diera la dirección dónde trabajaba la cuñada de Eris, Riddle y Dolohov decidieron concluir su visita.

—No estará pensando viajar hasta ahí, ¿verdad? —preguntó Dolohov al ver a su señor caminar tan pensativo.

—Quizás Eris se arrepintió y se marchó.

—¿Y su capa llena de sangre que encontraste cerca del lago? ¿Qué explicación tiene mi señor?

—No lo sé. Pero tengo que viajar, y tu vendrás conmigo.

—Pero señor yo no puedo... en el ministerio...

—Tu vendrás conmigo, ya se te ocurrirá algo. Te aseguro que te compensaré por ello.



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* * * * * * * * * * * * * *

A las cuatro de la tarde, Abril llamó a la puerta de la habitación de Hermione tras asegurarse que el Sr. Malfoy estaba en su alcoba descansando.

Hermione había sacado de su pequeña maleta toda la ropa y a cambio, había metido los libros que le había dado Abril de su difunta abuela. Hermione cogió la vieja maleta entre sus manos y tras mirar con tristeza aquella habitación que había sido su compañera de penas y lamentos durante las últimas semanas, salió de ella y cerró la puerta con cuidado.

En silencio, Hermione y Abril descendieron por la escalera y se dirigieron a la salida trasera que era la de los criados. Las mujeres respiraron aliviadas cuando cruzaron el umbral de la puerta sin ser descubiertas. Abril acompañó a Hermione y amiga hasta el cobertizo donde Alex, el hermano pequeño de Abril, estaba preparando uno de los trasladadores. Ambos hermanos sabían que se podían estar metiendo en un buen lio si los descubrían ayudando a Hermione a escapar, pero sabían que era lo mínimo que podían hacer por ella.

—¿Esta segura de lo que vas a hacer, Hermione? —preguntó Abril mientras esperaban a que Alex llegara con el trasladador.

—Sí, necesito escapar. No quiero casarme con el Sr. Malfoy, eso supondría condenarme a compartir mi vida con alguien a quién detesto. Abril, puedes estar tranquila, si me llegaran a descubrir, nunca diré que tu hermano y tú me habéis ayudado.

—Estoy tranquila por eso, confío plenamente en ti. Sin embargo, no puedo evitar sentirme triste porque te vas. Quizás ya no volvamos a vernos...

Abril no pudo seguir hablando, un nudo de emociones se adueñó de su estómago y las lágrimas resbalaron por sus mejillas sin poder detenerlas. La chica sentía un cariño especial por Hermione y pensar que podían no volver a verse más si ella conseguía descubrir el hechizo que la haría regresar a su época, le partía el corazón.

—No te preocupes Abril, volveremos a vernos. Si consigo encontrar la forma de regresar a mi antigua vida, vendré a despedirme de ti. Te lo prometo.

Hermione abrazó a Abril con fuerza y besó ambas mejillas de la chica. Hermione consiguió tragarse sus lágrimas, pero su interior también lloraba desconsoladamente por tener que alejarse de su amiga. Porque para Hermione, Abril era mucho más que una simple doncella.

Alex llegó.

Tras decirle adiós a ambos hermanos, cuando toco el objeto noto como fue absorbida por este hasta desaparecer. Aunque en un principio cuando pensó en escapar no sabía dónde ir, en aquel momento lo tenía claro. Iría donde le dictaba su corazón.

EL RELICARIO MALDITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora