Capitulo 5

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Holaaaa!!!!, aquí os dejo otro capítulo más. Espero que lo estéis disfrutando tanto como yo. Cualquier duda o sugerencia las contestare encantada. Saludo mis queridos lectores/a.

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La temporada de Quidditch había comenzado y el Sr. Tarner decidió agradecer a sus compañeros el buen recibimiento que le habían dado, invitándolos a una cena. Sería una velada íntima, con sólo una treintena de comensales.

—Háblame de ti, Abril —pidió Hermione mientras recogía su larga melena.

—No hay mucho que contar Hermione. Tengo veintiséis años y pertenezco a una familia humilde. Somos seis hermanos de los cuales yo soy la mayor. Mi madre enfermó gravemente de tuberculosis hace varios años, lo que le causó la muerte cuando no llegaba aún a los cuarenta años de edad. —Por el espejo Hermione vio como Abril apartaba con disimulo una mano del recogido que le estaba haciendo, para retirarse un par de lágrimas que escapaban de sus ojos—. Desde aquella desgracia, mi padre cambió su humor, se pasaba el día en la taberna, refugiándose en la bebida hasta que un día, después de haber estado desaparecido una semana, lo encontraron ahogado en el río. Al quedarnos huérfanos y al ser la hermana mayor, tuve que hacerme cargo de mis cinco hermanos y de nuestra pequeña casa. Durante unos meses subsistimos gracias a los pocos ahorros que heredamos de mi padre, hasta que se agotaron y mi hermano y yo tuvimos que buscarnos un trabajo para sacar a la familia

—¿Y el resto de tus hermanos dónde están?

—La mediana y las gemelas, viven con nuestra abuela desde que nosotros comenzamos a trabajar para los Sres.Tarner. Mis hermanas son pequeñas aún y necesitan demasiada atención, pero mi abuela está enferma y no sabemos cuánto tiempo más van a poder seguir viviendo allí. Ella necesita tranquilidad y las gemelas son dos pequeños diablillos. —Hermione vio como se le iluminaban los ojos al hablar de sus hermanas.

—¿Las echas de menos? —preguntó al ver el gesto contraído de Abril, intentando hacer un gran esfuerzo por no llorar.

—Mucho mi señora. Hace varios meses que no las veo.

—Pues cuando quieras visitarlas, cuentas con mi permiso para ir.

—Muchas gracias señorita.

—Llámame por mi nombre —corrigió a Abril intentando parecer enfadada.

—Disculpe, aún no me acostumbro.

—Y tutéame —riñó de nuevo divertida.

Tras escuchar toda la historia de la joven, un nudo de emociones apareció en el estómago de Hermione. Ella estaba muy unida a su familia.

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—Estás realmente hermosa —dijo Abril cuando terminó de peinarla, Hermione admiraba el resultado en el espejo—. ¿Te ayudo a vestirte?

Hermione asintió con decisión mientras se colocaba la ropa interior

—¿No crees que tengo el corsé muy apretado? Me falta el aire.

—Tiene que ir así de ceñido, pero si te sientes más cómoda puedo aflojarlo un poco.

—Sí por favor, si no lo haces creo que no duraré ni media hora con él.

Abril aflojó un poco las cuerdas de la prenda y Hermione agradeció el detalle mientras la joven le ayudaba a colocarse el vestido. Era de color azul, en un tono tan claro que parecía inmaculado, tenía un escote cuadrado que dejaba ver el principio de sus abultados senos.

EL RELICARIO MALDITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora