Capitulo 49

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El Sr. Y la Sra. Tarner se sorprendieron muchísimo al ver que Riddle llegaba a su mansión acompañado de su hija Hermione. Llevaban bastantes meses sin saber nada de ella y estaban muy preocupados, las lechuzas que mandaban con cartas, siempre regresaban si ninguna respuesta. vida.

—¡¿Estás... embarazada? —preguntó su madre con lágrimas en los ojos cuando la vio.

—Hola mamá, ¿no piensas saludarme? —preguntó con una mueca.

—Hija, no me lo esperaba ha sido la impresión de verte así —dijo su madre abrazó a su hija y la besó —. Estas preciosas, pero dime, ¿cómo te encuentras, y donde te fuiste?

—Muy bien mamá. Tuve que organizar algunas cosas de mi vida.

—¡Hermione! —gritó Sara corriendo hacia su mejor amiga—. ¡Es cierto que has regr...

Sara se detuvo a pocos centímetros de ella y al ver su abultada barriga, se tapó la boca con las manos en señal de sorpresa. Antes de que su amiga preguntara nada, Hermione se lo confirmó.

—Sí, estoy embarazada y ahora ven y abrázame, que te he extrañado mucho.

El encuentro más tenso fue entre Hermione y su padre. Cuando éste entró en la biblioteca, se quedó parado cerca de la puerta, observando con detenimiento el nuevo aspecto de su hija. Sabía lo mucho que le molestaban los escándalos y un embarazo sin estar casada, era el mayor de ellos.

Durante varios minutos el silencio reinó en aquella habitación y padre e hija se sostuvieron la mirada, esperando que el otro diera el primer paso. El Sr. Tarner fue quien lo dio para acabar con aquella tensión acumulada entre ellos.

—¿No me vas a abrazar como has hecho con tu amiga y tu madre?

Hermione no lo pensó dos veces y con lágrimas en los ojos, se encaminó hacia su padre con paso decidido para abrazarlo. Para el Sr. Tarner aquellas dos mujeres eran lo más importante para él y había comprendido que ni los escándalos ni la rebeldía de ellas estarían por delante del amor que sentía por sus tres mujeres.

—Felicidades por tu maternidad cariño. —Hermione disfrutaba de la sensación de protección que le estaba regalando su padre—. Sr. Riddle, muchas felicidades a usted también. —Tom asintió con una sonrisa en el rostro—. Creo que le debo una disculpa, ahora sé que usted es quién realmente se merece a mi hija. —Mi amor, ¡vamos a ser abuelos! —se acercó a su mujer y la abrazó con alegría.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

—Lo dejaremos todo preparado y días después del nacimiento de los bebés, nos casaremos.

—Cariño, creo que tu boda debe ser única y especial. Es un momento único en la vida y a mí me gustaría que tuvieras la gran boda que yo nunca tuve —opinó la Sra. Tarner.

—Mamá, porque sea una ceremonia íntima no significa que no vaya a ser especial. Al contrario, prefiero rodearme solamente de personas que realmente desean lo mejor para mí. Además, Tom quiere lo mismo.

Esa misma noche...

—Te he echado mucho de menos. Pensé que nunca volvería a verte —dijo Olivia acercándose a su amiga después de la cena y estrechándola de nuevo entre sus brazos.

—Ahora sé que fue un error haberme marchado.

—Cuando Abril fue a buscarme y me dijo que había pedido el deseo para que regresaras, supe que te habías confundido y que tarde o temprano, desearías volver.

EL RELICARIO MALDITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora