Capitulo 23

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Sara lo que más necesitaba aquella noche era encontrarse con Dolohov y refugiarse en sus brazos, para sentirse consolada y protegida. Cuando distinguió a Antonin en la oscuridad, se alzó la falda y corrió hacia él. Al sentir su piel y aspirar su aroma, todo su mundo se vino abajo. Lloraba desconsoladamente y el hombre, muy preocupado, intentaba por todos los medios que la mujer a la que había empezado a adorar se tranquilizara para que le contara qué era eso tan terrible que le había pasado.

—Mi mejor amiga se ha escapado de casa —hipó—, mi madre me explico, que el padre de Hermione quería obligarla a casarse con el Sr. Malfoy y ella ha huido. No saben dónde se encuentra. ¡Oh por Merlín, Antonin! Espero que no le haya pasado nada malo, porque si eso llega a pasar...

—Por favor, no llores más preciosa. A Hermione no le ocurrirá nada. Por lo poco que me habéis contado de ella, parece una mujer fuerte y el Sr. Riddle...

—¿Está con él? Por favor, dime que sí —interrumpió a Dolohov secándose las lágrimas.

—¿A quién te refieres?

—A Tom Riddle. Ella tiene que estar con él. Por favor, dime que sí.

—No lo sé cariño. Si lo supiera, ya te lo hubiera dicho. Se me parte el alma verte sufrir de esta manera.

Dolohov acercó de nuevo a Sara hasta su regazo y pasándole los brazos alrededor de su diminuto cuerpo, la apretó con fuerza. Se sentía impotente por no poder hacer nada para aliviar su dolor. Durante un buen rato estuvo abrazándola y tranquilizándola, dedicándole todas las atenciones que ella merecía. En aquel momento, supo que adoraba a esa mujer. Le encantaba su carácter fuerte y le gustaba que buscara su protección para sentirse segura. "Es la mujer perfecta, ya no me queda la menor duda."

—Debes regresar a tu casa, si tu padre descubre que has salido de noche, también te meterás en problemas.

—Lo que diga mi padre ya no me importa.

De todas formas, Dolohov volvió a insistir en que debían regresar, pero antes, tenía que darle la mala noticia que llevaba toda la noche callando para no darle más preocupaciones.

—Sara, siento mucho tener que darte una mala noticia en estos momentos, he evitado decírtelo desde que te vi en este mal estado, pero no puedo irme sin que lo sepas.

El corazón de Sara latía con dificultad, su estómago dio un vuelco y en su interior suplicaba que no fuera lo que ella estaba imaginando. Sus sentimientos por ese hombre se habían vuelto incontrolables y no quería que ese sueño que estaba viviendo junto a él se terminara.

—Dime qué es eso que tienes que decirme de una vez —contestó con la voz temblorosa.

—En unas horas tengo que viajar a Londres por unos días, Sr.Riddle me ha pedido que lo acompañe, tiene que tratar un asunto muy importante y no he podido negarme.

Sara pensó en pedirle que se quedara, lo necesitaba a su lado en esos momentos, pero no podía ser egoísta. Dolohov tenía una vida y ella no podía cambiar sus planes así porque sí.

—Ve tranquilo a Londres.

—Cariño, no quiero verte triste, si pudiera le diría que...

—Yo estaré lo mejor que puedo en estas condiciones. Viaja con el Sr. Riddle y cuando regreses, házmelo saber.

—¿Me esperarás? —preguntó Dolohov acercando su frente a la de Sara y ésta asintió hechizada por la oscuridad de sus ojos—. Eres la mujer más maravillosa que he conocido nunca y cada día que pasa, estoy más convencido de que te quiero a mi lado.

EL RELICARIO MALDITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora