Capitulo 24

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—Herm, ¿qué te atormenta? —preguntó Olivia.

—Pienso en mi pasado y en el gran cambio que ha dado mi vida en algo más de un mes.

—Cariño, es complicado adaptarse a algo totalmente diferente a lo que siempre has vivido. Todo tiene su lado malo, pero no puedes olvidarte que también hay un lado bueno. Todo va a salir bien. Ten fe. —Olivia agarró la mano de Hermione con firmeza para darle ánimos.

—No es solo acostumbrarse a recibir órdenes, guardar unas apariencias o incluso seguir las reglas de un protocolo. Es todo mucho más difícil.

—Desahógate conmigo. Confía en mí.

—No puedo. —Hermione negó con la cabeza agachando su mirada apenada—. Me llamarías loca si te contara toda mi historia.

—Hazlo cielo, no tengas miedo. Yo no voy a juzgarte por nada.

Hermione respiró profundamente y decidió explicarle alguna cosa a su amiga, sin que afectara mucho a un futuro. Hermione sabía las consecuencias que esto podía conllevar. Le habló de cómo había sido su vida casada con su exmarido, un hombre que en un principio le había hecho muy feliz pero que después de que ella perdiera el hijo que estaban esperando, se había vuelto distante y despreocupado. Le habló del amuleto que le había regalado una mujer, ese que siempre llevaba ella colgado en su cuello.

—Un amuleto que cambia el destino de las personas—repitió Olivia atónita sin apartar los ojos del colgante—. Nunca había escuchado nada igual.

—Sé que es increíble lo que te estoy contando, pero te puedo jurar que es cierto. —Olivia asintió pensativa.

—Continúa querida.

Hermione, entre lágrimas, volvió a recordar el momento en el que había encontrado a su marido con dos mujeres de compañía en un local. Una traición que acababa con todo lo que ambos habían construido juntos.

—Aquella noche estaba tan aturdida que usé el poder del amuleto. Pedí un deseo y al día siguiente...—Hermione se tapó la cara con sus temblorosas manos y su voz se desquebrajó.

—¿Qué ocurrió al día siguiente? —preguntó Olivia pasando la palma de su mano sobre la cabeza de Hermione.

—Amanecí en este lugar. ¡Ojalá nunca hubiera pedido ese deseo!

Hermione no pudo mirar a los ojos de la mujer que la estaba ayudando y protegiendo. Se sentía avergonzada y arrepentida por haberse dejado llevar por la confianza que sentía por Olivia.

—¡Es alucinante lo que me has contado! —exclamó totalmente fascinada—. No savia que existieran los gira tiempos o más bien, que un relicario fuera uno.

—Ni yo... —dijo Hermnione devolviéndole la mirada.

— Mi familia siempre fue de familia pura, pero, aun así, nunca dejó de sorprenderme cuando me hablan de grandes hechizos con relicarios encantados. ¡Nunca escuché nada igual! De todas formas, yo ya sospechaba que tu forma de actuar era peculiar. Sobre todo, en algunas expresiones que utilizas. Nunca he querido decirte nada, pero soy muy observadora y me fijo mucho en los detalles.

Hermion le mostro una pequeña sonrisa. No esperaba que Olivia creyera en su palabra sin necesidad de convencerla.

—Olivia —llamó su atención sacando los libros de hechizos que llevaba en su maleta de piel—, estos libros son de la abuela de Abril. En ellos quizás esté la clave para que yo pueda regresar. Sin embargo, hay un problema. Están escritos en otra lengua y yo no la entiendo.

Olivia tumbó cuidadosamente aceptó los libros que Hermione le ofrecía. Durante unos minutos la mujer los observó con curiosidad. Estaba maravillada por lo que veían sus ojos.

EL RELICARIO MALDITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora