Capitulo 18

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¡Hola mis queridos lectores! Aquí tenéis el siguiente capítulo, siento la tardanza. Saludos :P ;)




Abril había salido aquella mañana al amanecer hacia la cabaña donde había vivido su abuela, para poder recuperar los libros de magia y hechizos que la anciana había guardado como uno de sus mayores tesoros.

Hermione estaba tan inquieta que aquella noche apenas pudo dormir un par de horas. Antes de que su doncella se marchara, Hermione bajó a darle las gracias nuevamente y a insistirle en lo importante que eran aquellos libros para ella.

Durante bastante rato, Hermione caminó nerviosa por su habitación. Estaba impaciente e ilusionada por tener esos libros en su poder, pero el reloj parecía haberse detenido y los segundos se convirtieron en horas. Ella sabía que Abril tardaría en regresar pues la aldea estaba bastante alejada, pero aun así su ansiedad y desasosiego iban en aumento cada minuto que pasaba.

Mientras esperaba, Hermione sacó de su armario una pequeña maleta de cuero. Miró nuevamente el reloj de pared y su desesperación creció al comprobar que solo había pasado media hora.

Tumbada sobre su cama, escuchó las pisadas de un carruaje acercarse y rápidamente salió al balcón para ver quién llegaba a visitarlos. Por un momento imaginó que era Riddle que venía a hablar con su padre, pero cuando comprobó quién era realmente, su malhumor se triplicó.

Malfoy bajo del carruaje y saludó amistosamente al Sr. Tarner que lo esperaba en la entrada de la casa con una amplia sonrisa dibujada en su rostro. Descubrir tanta familiaridad entre el Sr. Tarner y el hombre que había odiado desde el primer momento en que lo vio, hizo que el cuerpo de Hermione se tensara y las dudas aparecieran en su mente.

¿Qué demonios está haciendo este malnacido tan temprano? ¡Cómo lo detesto! Él debe estar comiéndole la cabeza. Pensó furiosa mientras regresaba a su cama nuevamente.

Casi estaba a punto de conciliar el sueño, cuando unos golpes la sacaron del adormecimiento en el que estaba sumida. El corazón de Hermione latía a gran velocidad y su pulso golpeaba fuertemente en todos los puntos de su cuerpo. Deseaba que la responsable de los toques fuese Abril y sin poder controlar su impulsividad, giró la llave de la puerta y la abrió. Para su desilusión no era Abril sino su amiga Sara. Una vez abierta la puerta, Sara entró muy enfadada al interior de la alcoba y Hermione no pudo impedirlo.

—¿Qué demonios te pasa, Hermione? —inquirió Sara poniendo los brazos en jarra—. Te estas comportando como una niña malcriada, me tuve que colar por la puerta trasera, estado fuera en frente de tu ventana tirándote piedrecitas para llamar tú atención.

—Sara tú no entiendes nada. Y no creo...

—Claro que no lo comprendo —Sara no dejó que Hermione acabara la frase—. Estoy muy preocupada por ti y eres tan egoísta que no piensas en lo mal que lo estoy pasando por tu culpa. Tu madre se pasa el día llorando.

—¿Y en mí quien narices piensa? No voy a permitir que nadie controle mi vida. ¿Me has oído?

—Debes obedecer a los padres, Hermione. Es nuestra obligación.

—¿Acaso tú piensas en él cuando te escapas por las noches con tu querido Antonin? —preguntó con el gesto cargado de rabia—. ¡Por favor Sara, no me hagas reír! Eres la persona menos indicada para dar ejemplo.

—Shhh, no grites —susurró Sara nerviosa, nadie podía enterarse de su secreto—. Tienes razón, pero por lo menos yo no desafío a mis padres ni altero la tranquilidad de la familia. Si quieres verte con Tom Riddle, ¡adelante!, hazlo a escondidas como yo, pero deja de crear problemas.

EL RELICARIO MALDITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora