Capitulo 42

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Holaaa!!! mis queridos lectores/a estoy en mis momentos de inspiración y no pude dejar de escribir. :P aquí os dejo la continuación del capítulo. Gracias por los comentarios y los like J me alegra saber que os está gustando. Saludos .


—¿Qué sandez estás diciendo, Mariene? No hay ningún hijo. ¡Estás mal de la cabeza!

En aquel momento Hermione, que al escuchar las voces se había despertado y había decidido bajar a ver qué ocurría, entró en la habitación tras oír aquella espantosa noticia. Tenía el rostro desencajado por lo que había descubierto. Riddle estaba de espaldas a la puerta y no se percató de la entrada de ella. Mariene, que la había visto llegar, se llenó de satisfacción y empezó a narrar la mentira que había preparado.

—¿Recuerdas el día que saliste del calabozo y Hermione te rechazó? —Riddle se tocaba el pelo nervioso—. Llegué a tu casa y te encontré totalmente borracho por culpa de esa mujer. —Mariene clavó una mirada triunfal en Hermione, que escuchaba desolada toda la conversación, sin atreverse a interrumpirlos—. Aquella noche fue maravillosa, me hiciste el amor con tanta desesperación que pensé que aquello nos uniría para siempre, sin saber que yo ya estaba embarazada de ti. Quedé en cinta la última vez que tú y yo tuvimos relaciones, al principio de que conocieras a Hermione. ¿O no recuerdas todos los meses que hemos sido amantes? He estado buscando el momento adecuado y creo que ya no puedo ocultarlo más pues ya está empezando a notarse.

—No inventes más sandeces.

—Ninguna de las dos cosas que he dicho son mentira. Estoy embarazada de ti y la noche que te emborrachaste hicimos el amor como jamás me lo habías hecho.

—¡Eso no es verdad! —exclamó agarrando a Mariene de los brazos y zarandeándola—. Entre tú y yo no pasó nada. —Riddle intento entrar en su mente para descubrir la verdad, pero se encontró con un muro que no pudo atravesarlo.

— ¿Intentas leer mi mente Tom? Tú mismo me echaste de tu cama a la mañana siguiente cuando nos despertamos. ¿O no es cierto? —Riddle no pudo negarlo.

Mariene estaba disfrutando mucho de aquello. Después de la noticia de la que Hermione estaba siendo testigo, no volvería a querer saber nada más de Riddle.

Hermione se sentía estúpida, la maravillosa noche de amor que había pasado junto a Riddle, llena de sentimientos y promesas de futuro, acababa de romperse, al igual que su frágil corazón que una vez más, volvía a sufrir otra desilusión.

—No puedes negárselo porque es cierto, ¿verdad? —intervino Hermione con la voz rota y una lágrima resbalo por sus pálidas mejillas.

Riddle sintió como el mundo se les caía a los pies al sentirse acorralado. Estaba convencido de que Mariene estaba mintiendo, y más rabia le daba al no poder leer su mente. No tenía forma de demostrarlo y sin esas pruebas, Hermione no volvería a confiar en él.

—Déjame que te lo explique, por favor.

—¡No hay nada más que decir! Eres un miserable mentiroso, y creí que podía confiar en ti, que habías cambiado —gritó con los puños apretados—. He confiado en ti, te he abierto mi corazón, ¿y cómo me lo pagas? Con la peor de las mentiras.

—Esa noche, la Sra. Miller y yo no hicimos el amor. Tienes que creerme, cariño —suplicó intentando acercarse a Hermione, pero ésta escapaba de su cercanía.

—¡Júrame por Salazar Slytherin que me estás diciendo la verdad! —gritó esperando que Riddle le dijera lo que necesitaba escuchar. No quería que aquello fuera cierto porque de ser así, ya no tendría motivos para seguir con él—. No puedes, ¿verdad? —preguntó de nuevo al ver que el hombre que le había destrozado el corazón permanecía callado.

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