Olivia y Hermione, se levantaron muy temprano aquella mañana y regresaron a casa de Olivia. El viaje de vuelta fue más cansado para Hermione de lo que ella se había imaginado, quizás por todas las preocupaciones que tenía acumuladas en su mente.
Cuando llegaron, las dos mujeres, fueron a la biblioteca. Hermione cogió un libro de poemas, se sentó en uno de los amplios sillones y decidió evadir su mente de las preocupaciones, disfrutando de la lectura.
El elfo de la familia Brow entró en la biblioteca con una bandeja de plata y varias notas sobre ella.
Había una del marido de Olivia, informándole que regresaría en dos días, algo que hizo que la mujer pegara saltitos de alegría. Deseaba ver a su esposo y disfrutar de su compañía y protección. Con él a su lado, todo era mucho más fácil.
La última nota que Olivia cogió de la bandeja hizo que sus sentidos se pusieran en alerta. Era del Sr. Dolohov, algo que la hacía preocuparse. La leyó varias veces y tras levantar la vista de aquellas palabras que le habían caído como un jarro de agua fría, decidió leérsela a su amiga, que seguía concentrada en la lectura de poesía.
—Tengo una nota de Dolohov y lo que hay escrito en ella te afecta más a ti que a mí.
Hermione apartó los ojos del libro y con preocupación, escuchó atentamente a su amiga que le leía la nota con voz temblorosa.
Estimada Sra. Brow,
Me siento en la obligación de informarle de la terrible desgracia que nos acontece. Al regresar de viaje, los aurores del ministerio han apresado a nuestro amigo Sr. Riddle. Lo acusan de ser el culpable principal de la desaparición de la señorita Tarner.
Sr. Dolohov
Hermione sintió como la sangre de todo su cuerpo se congelaba por la impresión. Cuando decidió escapar de su casa y pedirle ayuda a Riddle no imaginó las terribles consecuencias que aquello conllevaría. Hermione respiraba con dificultad y muy nerviosa, caminando por la biblioteca, víctima de un ataque de pánico. Riddle, estaba preso y por su culpa. "No pienso permitirlo."
—Debo ir a visitarlo ahora mismo —dijo decidida Hermione.
—No es conveniente ni tampoco prudente, querida.
—Pero tengo que ayudarlo Olivia. —Los ojos almendrados de Hermione se tornaron brillosos por las terribles ganas de llorar que tenía en aquel momento—. No puedo abandonarlo, es mi culpa y yo debo sacarlo de allí.
Olivia le propuso escribir una nota para el auror, informándole que se encontraba en casa de la Sra. Brow y que se había marchado libremente porque ella así lo había decidido. A Hermione le pareció buena idea y tras escribirla, Olivia envió a uno de sus lacayos a que la llevara a la prisión y se la entregara personalmente al departamento de aurores.
—Olivia, ¿no crees que esto pueda traerte problemas a ti o al Sr. Riddle? —preguntó preocupada con lágrimas en los ojos.
—No te preocupes por nada cariño, todo va a salir bien.
* * * * * * * * * * * *
Hacía algo más de una hora que había amanecido y Riddle seguía sobre la tabla de madera que servía a veces de incómoda cama, tumbado sobre ella de lado, con la mirada perdida en la pared. Llevaba casi veinticuatro horas encerrado en aquel lugar, solo le habían dado un poco de agua y un mendrugo de pan duro para alimentarse y sentía como su cuerpo comenzaba a debilitarse por la falta de nutrientes.
—¡Vaya, vaya! Mi querido amigo, ¡qué sorpresa encontrarlo aquí! —saludó con ironía Abraxas Malfoy.
Riddle se giró con dificultad para levantarse de la cama, pero apenas tenía fuerzas y se conformó con sentarse para mirar directamente a su enemigo.
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EL RELICARIO MALDITO
FantasySinopsis: Hermione una bruja joven y una gran auror, con una vida aparentemente perfecta y, ¿felizmente casada? Sin embargo, tras un encuentro con una hechicera, la realidad que va a descubrir le destrozará el corazón, porque no todo es lo que pare...