Al joven universitario le parecía increíble que estuviera tan absorto en sus pensamientos depresivos como para no haber escuchado las reconocibles pisadas de su vecino ahora que éste se devolvía a su apartamento sin darle siquiera una última mirada.
Aunque para Doyoung, la acción de haberle reconfortado de esa forma, fue más que suficiente.
Sopló el chocolate caliente y se encogió al lado de las plantas para tomarlo y disfrutar cada segundo. Su humor había cambiado en un par de segundos. No podía decir que lo que sentía era exactamente felicidad, pero la sensación de vacío se había hecho un poco más pequeña.
Después de dos pesados minutos disfrutando el chocolate en ese día lluvioso, con los ojos cerrados y escuchando canciones deprimentes, un maullido se atravesó y le hizo sonreír un poco por primera vez en el día.
Terminó de regar las plantas y se llevó la taza a su casa pensando en que tenía que devolversela a su vecino pronto. Aunque, en ese instante una duda se plantó en su cabeza.
¿Cómo Jaehyun supo que estaba triste? Tal vez lo pudo ver en el pasillo, pero se notaba que él ya tenía el chocolate preparado desde mucho antes.
Doyoung apretó la taza contra su pecho y sonrió.
Era increíble, esa sensación, era increíble.
«No te haces ni la más mínima idea, de cuánto me ayudas solo con tu existencia. »
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je te laisserai des mots ; jaedo
Romance«Te dejaré palabras debajo de tu puerta Debajo de la luna que canta Cerca del lugar por el cual pasan tus pies Escondidas en los agujeros del tiempo de invierno Y cuando estés solo por un instante... Bésame Cuando quieras Bésame, Jaehyun.» ___ Doyou...
