[ portefeuille ] ; 20

150 30 3
                                    

Doyoung estaba ayudando a uno de los ancianos a los que le enseñaba a tomar un taxi mientras la tarde del sábado caía y todo se volvía completamente gris porque la temporada de lluvias estaba muy intensa y terriblemente larga. El anciano le preguntó por su vida amorosa y el joven a su vez se preguntó qué pensaría el señor si le dijera que no podía sacar de su cabeza a uno de sus vecinos, aparentemente heterosexual, y con menos emoción que una piedra.

En cambio, solo negó sonriendo mientras el taxi llegaba y ayudaba a entrar al señor. En ese instante, su teléfono sonó y lo sacó dándose cuenta que tenía que volver a comprarle la comida a Tempête porque ya había pasado más de un mes desde la última vez.  Encendió un cigarro mientras caminaba hasta la tienda de animales más cercana disfrutando de la fría brisa que le brindaban las calles esa noche, incluso hacía tanto frío que comenzó a temblar, pero no le importaba. Algunas veces le agradaba sentir que su cuerpo sufría.

Finalmente llegó a la tienda y mientras buscaba la comida para su gata alguien más entró a la tienda. No le puso mucho atención y antes comenzó a silvar un poco hasta que encontró la especial para su Tempête. Entonces cuando fue a pagar, notó que había una billetera idéntica a la suya que estaba encima del mostrador y frunció el ceño cuando al buscarla en sus bolsillos no la encontró dándose cuenta que efectivamente aquella era la suya.

La persona que atendía le indicó que otro hombre la había encontrado, le había seguido hasta allí y que le estaba esperando afuera.

Doyoung se giró hacia la puerta presintiendo algo en su estómago y soltó un jadeo helado mientras su cuerpo se calentaba. Detrás de las puertas de vidrio, estaba la espalda de su vecino resguardándose de la llovizna.

«En el momento menos esperado, siempre llegas, siempre estás. ¿Por qué me haces esto?¿No ves que duele?»

20. PORTEFEUILLE

je te laisserai des mots ; jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora