Ardiente deseo I

64 6 2
                                    

I

Puente :

¡El viento y sus grilletes de esclavitud!

Los veteranos pescadores de almas y voluntades

El mar y sus aguas

¡Cada hija no deseada!

Cada luna en el firmamento

Cada promesa y cada mentira

Todo el infierno y su fuego,

nos espera

***



- Falta algo para que sea "épico", Ojazos. - se molestó Jaskier cuando Essi, una vez más, le había dicho que ya tenían la melodía completa para la canción que habían estado componiendo.

El grupo se había detenido cerca del mediodía al resguardo a un bosquecillo cerca de una ribera para que las monturas descansaran, comieran algo y evitar el quemante calor del mediodía.

Geralt estaba recostado sobre el gran tronco de un frondoso árbol, con sus ojos cerrados y en silencio. El vampiro veía poco con tanto sol, así que estaba bien metido debajo del sitio donde más tupidas se volvían las hojas de los árboles y Cahir se había quitado sus botas y tenía los pies dentro del agua que recorría el delgado hilillo de agua de la ribera que estaban bordeando, descansando y se había mojado sus cabellos en el afán de refrescarse.

Jaskier y Ojazos discutían desde hacía demasiados minutos, según opinión del brujo. La trovadora no se le quitaba de encima al poeta y ya comenzaba a exasperar a Geralt, porque Jaskier discutía bastante de seguido.

- ¿Y qué propones? - insistió ella.

- No sé... tiene que tener un puente épico... que tenga sentimiento, que refleje todo...

Essi se cruzó de brazos. - Todo, ¿qué exactamente? Porque no te comprendo.

- Un puente que cantaré yo, por supuesto, y que serán palabras culmines para ella. - Ojazos resopló.

- ¡Pero si todo el tema hace referencias a ella! - Jaskier levantó una ceja.

- Sí, ¿y qué?

- ¿Pueden cerrar la boca? - se molestó Geralt. - Algunos de nosotros buscamos silencio. Si van a seguir peleando, se van lejos.

- ¿Qué te pasa, Ojazos? Déjame tranquilo. - sentenció Jaskier y fue a sentarse al lado del brujo, tirándose pesadamente a su lado. Geralt sintió la queja del trovador cuando se dio torpemente la cabeza contra el árbol y también oyó cuando la poetisa resopló molesta y sus pasos se alejaron. - Me tiene cansado... - murmuró.

- A mí también. No paran de discutir ustedes dos. - Geralt abrió sus ojos y miró a Jaskier. - A veces ya cansan.

- Me molesta cómo se refiere a Ciri, ¿qué le pasa?

- Está celosa, Jaskier. Hasta para mí resulta obvio. - le explicó el brujo, Jaskier rompió en risas.

- No, no. No es eso. - le dijo. - No le gusta verme mal. Es solo eso. - Geralt lo miró y sonrió.

Lanza una moneda a tus brujosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora