III
La mañana había arrancado con un gran número de curiosos que se habían adentrado a Loxia con el afán de saber qué de cierto había del rumor acerca de una masacre en Aretusa. Los sacerdotes dementes que, cada dos por tres, predicaban y anunciaban el futuro, se había congregado en aquel sitio con fe ciega de que descubrirían la verdad. Buscaban al "espíritu maligno" que había despertado para destruir a todos.Uno de ellos, calvo y con una sotana marrón y una cintilla alrededor de su abdomen, que dejaba caer su prominente barriga, aullaba:
"¡En verdad os digo que se acerca el tiempo de la espada y el hacha, la época de la tormenta salvaje! Se acerca el Tiempo del Invierno Blanco y de la Luz Blanca. El Tiempo de la Locura y el Tiempo del Odio, Tedd Deireádh, el Tiempo del Fin. El mundo morirá entre la escarcha y resucitará de nuevo junto con el nuevo sol.
Resucitará de entre la Antigua Sangre, de Hen Ichaer, de la semilla sembrada. De la semilla que no germina, sino que estalla en llamas. ¡Ess'tuath esse! ¡Así será! ¡Contemplad las señales! Qué señales sean, yo os diré: primero se derramará sobre la tierra la sangre de los Aen Seidhe, la Sangre de los Elfos..."
Jaskier se sorprendía con cuánta rapidez se había empezado a hablar acerca de profecía de Ithlinne Aegli aep Aevenien en los últimos tiempos. Y con qué frecuencia oía que se la repetía, una y mil veces; tantas, que hasta él comenzaba a creer que algo tendría que ver el "destino" en todo ello.
- La violencia solo traerá más violencia. El tiempo del Odio está cerca, si no lo estamos transitando ya... - continuaba gritando aquel hombre. Jaskier se preguntó cuánto tardaría la guardia en llegar hasta aquí y echarlo a las patadas de la isla. - ¡Tú! Jovencita de cabellos cenicientos... - gritó el sacerdote, Ciri se giró al pasar a su lado y Jaskier hizo lo mismo. - La violencia solo engendra violencia. Dame tu espada y tu alma será salvada.
Jaskier rio. - Ahora entiendo cómo es que tienes semejante barriga, sacerdote. El ayuno y sacrificio, claramente no son lo tuyo. Pero el engaño y la estafa... de eso sí que sabes.
- Cierra la boca, cerdo. No he hablado contigo.
- No eres tonto, pidiendo la espada de ella, que claramente tiene un buen valor económico, ¿no?
- Solo intento salvar su alma... - insistió el sacerdote. - Se acercan tiempos de Odio.
- Los estamos transitando, hombre de fe. El odio está en el aire... - dijo Jaskier y tomó del brazo a Ciri, llevándola consigo. El sacerdote bramó a sus espaldas y comenzó a insultar a ambos. - Y hablando de amor al prójimo... - dijo Jaskier entre risas a Ciri, mientras ambos se alejaban.
- Oye, Jaskier ¿Qué es eso que ha dicho antes el sacerdote? Eso del tiempo de la espada y el hacha... - Lo he escuchado en otro sitio...
- La profecía de Ithlinne Aegli aep Aevenien, que es, supuestamente, una predicción hecha por una profetisa élfica.
- ¿Profetisa como yo? - él asintió.
- Preferiría que no dijeras esas cosas en lugares públicos, Ciri. Ya sabes, por precaución.
- De acuerdo.
- Es una profecía acerca del fin del mundo. - le explicó, aun sosteniéndola por el brazo y hablándole cerca de su oído, aunque él tenía la mirada puesta en el exterior y el mundo que los rodeaba. - En estos últimos años, los oradores, sacerdotes y profetas, así como estafadores y falsos profetas, han estado atestando las ciudades con estas cosas. En algunos reinos han sido tolerados, en otros han sido castigados. Me pregunto qué suerte encontrará ese gordo aquí, en Loxia.
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Lanza una moneda a tus brujos
FanfictionHISTORIA COMPLETA (¡¡Spoilers de los libros!!) Empecé esta historia con ganas de simplemente escribir... Pero a medida que lo fui haciendo me he dado cuenta que la historia que quiero contar es la de Jaskier... y Ciri. Sería algo así como seguir el...