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«Debería haberme sentado cuando me lo ofreció», pensé, sintiendo como mi cabeza comenzaba a doler luego de recibir tanta información confusa de golpe

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«Debería haberme sentado cuando me lo ofreció», pensé, sintiendo como mi cabeza comenzaba a doler luego de recibir tanta información confusa de golpe. Los diez minutos habían pasado hace media hora, sin embargo, los disparates que abandonaban la boca del príncipe habían congelado mis pies, me inmovilizaron por completo. De repente sentía una urgente necesidad de oír todo lo que aquel patán tenia para decir.

Peiné mi cabello con los dedos mientras hacía un recuento mental de lo que había oído hasta el momento:

✔ El matrimonio con la princesa de Heredon siempre fue una farsa.

✔ Sus padres ya no estaban a cargo.

✔ Y ahora él se casaría conmigo... pero de mentira.

Buck parecía estar diciendo algo muy importante cuando lo interrumpí alzando una mano.

—¿Por qué a mí? —pregunté, entrecerrando los ojos —. ¿Por qué, de todas las chicas que hay en este reino, me escogiste a mí?

El príncipe tamborileó los dedos sobre la mesa, eligiendo con cuidado las palabras que me dirigiría a continuación.

—Porque eras la opción más simple y viable.

Opción simple y viable. Wow, ese tipo era un completo idiota. Quería arrojarle algo a su majestuosidad real. Dos segundos más en aquel palacio y comenzaría a destrozar todo lo que tuviera a mi alcance.

—Déjame ver si entendí. ¿Esto es un derrocamiento? —pregunté, dibujando un circulo con mi mano para hacer referencia a la situación. El príncipe afirmó con la cabeza —. Y supongo que no cuentas con el permiso de papi... —me burlé, tratando de conservar la poca seriedad que me quedaba.

Buck entrecerró sus ojos de plata, me sorprendió notar un pequeñísimo atisbo de diversión en su expresión cuando abrió la boca para responder.

—De hecho, no —asintió —. Es por eso que se le llama "derrocar" —replicó, inclinando la cabeza a un lado y sonriendo con los labios apretados. Su gesto transmitía una gran satisfacción.

«Mierda», maldije para mis adentros, mordiéndome el interior de la mejilla.

Buck: 1. Jillian: 0.

—Si ya eres el rey, ¿por qué estoy aquí?

—Por cuestiones de formalidad.

—¿Qué cuestiones de formalidad?

—Complacer a los otros reinos con una historia: No me casaré con la princesa Kenzie, porque un nuevo amor se interpuso en nuestro matrimonio.

Rodé los ojos y no volví a responder. Para mí, la charla ya había terminado.

—¿Alguna otra pregunta? —inquirió, levantando las cejas.

—Sí. ¿Qué pasillo debo tomar para llegar a la salida?

KINGS, QUEENS, AND FUCKED UP THINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora