HACE UNA SEMANA
Hunter me fulminó con la mirada y pateó mi pie con muy poca delicadeza.
—Ya deja de actuar así, idiota —me regañó en voz baja —. ¿Quieres que nos descubran?
—Relájate, Buck —dijo Bellamy, sonriéndome desde su lugar junto a mí —. Tampoco es como si fuera tu primer beso.
No respondí, simplemente me limité a dejar de tamborilear los dedos sobre el apoyabrazos de la limusina. Hunter soltó una carcajada silenciosa y se inclinó hacia adelante para mirarme a los ojos.
—No. Puede. Ser —dijo, deteniéndose antes de pronunciar cada palabra —. ¿Es tu primer besito?
—Claro que no —me quejé, dedicándole una mueca de fastidio.
El guardia volvió a reír. Tomó mi rostro entre las manos, apretando mucho mis mejillas.
—Puedes practicar conmigo si quieres —bromeó, parando los labios.
La limusina pasó sobre un bache al mismo tiempo que yo apartaba a Hunter de un empujón. Él cayó desparramado sobre su asiento y estalló en carcajadas. Su hermano negó varias veces con la cabeza.
—Acéptalo, Hunter. No eres su tipo —se burló, haciendo un claro esfuerzo por reprimir una risita. Los fulminé con la mirada —. Ah, vamos, Buck. ¿Qué pasa? ¿Por qué ese ánimo?
Respiré hondo. No estaba de humor. La noche anterior luego de encerrar a mis padres no había podido dormir bien. No podía dejar de pensar en lo que habría pasado si alguien nos hubiera visto. Los chicos intentaron tranquilizarme diciendo que esas solo eran imaginaciones mías. Pero, ¿y si no? ¿Y si alguien lo comentaba y la noticia recorría el reino? Por otro lado, la gente debería enterarse en algún momento... ¿o no?
—¿Cuál será nuestra excusa cuando los reyes dejen de salir en televisión? —pregunté, expresando mis dudas en voz alta.
Hunter echó la cabeza hacia atrás, recargándola contra el respaldo del asiento. Giró el rostro hacia la derecha para ver el escenario correr a través de la ventana y se encogió de hombros luego de unos cuantos segundos de silencio.
—No lo sé... —murmuró aburrido.
—¿No lo sabes?
—¿Y qué hay de ti? ¿Acaso pretendes que nosotros solucionemos todos tus problemas? —inquirió Hunter levantando ambas cejas. No respondí esa pregunta. Él meneó la cabeza en desaprobación —. Es increíble que alguien como tú porte una corona —susurró, con un tono suficientemente bajo para pasar desapercibido, pero suficientemente alto como para ser escuchado.
—Te oí.
—Lo sé —Hunter sonrió.
—Tranquilo, alteza —respondió Bellamy haciendo un gesto con la mano para restarle importancia —. Eso aún puede esperar, es el menor de nuestros problemas justo ahora.
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KINGS, QUEENS, AND FUCKED UP THINGS
Jugendliteratur¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si formaras parte de un cuento de hadas? Jillian no. Nunca. Ni en sueños. Tenía una familia genial, un hermano genial, amigos geniales. Una vida por la que no necesitaba fantasear con historias sobre...